Cómo reconocer el aguacate maduro (y cómo conservarlo)

Mmm… hay pocas cosas más sabrosas que un aguacate en su punto. Y… aaaarg… hay pocas cosas peores (o directamente incomestibles) que un aguacate VERDE o PASADO. Es esa frustración que te invade cuando estabas soñando con un guacamole perfecto y, al final, o no puedes hacerlo porque necesitarías un hacha o te queda con un sabor regulero fruto de una excesiva maduración.
No nos engañemos: el aguacate es una fruta frágil y propicia a que nos den gato por liebre cuando acudimos a por él al mercado. Por eso os damos una serie de pautas que os van a ayudar a que nunca mal volvais a fallar. En eso estamos.
Hay muuuchas variedades, pero seamos realistas: los que solemos encontrar en nuestra frutería de confianza son, o bien Bacon (verdes, de piel fina y lisa) o Hass (color oscuro y piel rugosa). Así que, antes de descartar uno u otro por su color, fíjate en de qué tipo son.
Vamos ya con el color. Aunque cada variedad tenga su propio color, hay que fijarse en que éste sea uniforme. Las manchas más oscuras, en el caso de la variedad Bacon, por ejemplo, pueden significar que la fruta ha recibido algún golpe durante su traslado y, por tanto, hacen poco aconsejable su consumo.
La textura justa. Esta suele ser la técnica más habitual para comprobar si un aguacate está en su punto. Comprueba apretando levemente con el pulgar que está blando (maduro) pero que, al tiempo, no tiene ni huecos ni bultos. Lo ideal es que la textura sea uniforme y que nuestro dedo se hunda levemente (pero no te cargues la cáscara, so bruto).
Sacúdelo un poco. Si aún te queda alguna duda, sacúdelo levemente. Si notas como el hueso se mueve un pelín, es que está en su punto. Ojo, que no se vaya de un lado a otro como si se tratara de una maraca: eso significa que ha vivido tiempos mejores.
(Foto: Pixabay)
Quita el tallito adherido al aguacate y comprueba el color que hay debajo suyo. Si es marrón, no lo compres porque estará pasado. Si es verde, está en su momento de esplendor: ¡a casa!
Si te equivocas y te lo llevas a casa verde… aún puedes madurarlo. Envuélvelo en papel de periódico y déjalo a temperatura ambiente. En un par de días estará listo para su consumo.
Si está en su punto… al abrirlo (cortándolo de forma longitudinal) la carne estará cremosa y fina. Por el contrario, si ya está excesivamente maduro, descubriremos en su interior unas fibras bastante desagradables que son indicadoras de que la fruta ya no está en su mejor momento.
Conserva el hueso si no vas a consumirlo entero en el momento de abrirlo. Lo que lograrás de esta manera es retrasar la oxidación del fruto. Por ejemplo, cuando hagas un guacamole mantén siempre el hueso en el medio para que se conserve en perfecto estado.
(Foto: Wikipedia)
Rocíalo con limón. ¡Ups!, te deshiciste del hueso sin pensar si ibas a comerte todo el aguacate. Que no cunda el pánico: rocía con un poco de limón el trozo que te quede y mantendrás a raya la oxidación durante unas horas.
Mételo en el frigo. En caso de que te haya sobrado la mitad de un aguacate maduro, cúbrelo con film transparente y mételo en la nevera. Eso sí, ni se te ocurra hacerlo con un aguacate que esté verde: en el frigorífico te lo cargas.

Entrada destacada

Ensalada de papa dominicana vegana

Descubre la deliciosa ensalada de papa dominicana con remolachas y zanahorias. Una explosión de sabores y colores vibrantes en cada bocado. ...