El ayuno - Como preparación para el estudio de las escrituras - Consejo Sobre el Régimen Alimenticio por: Elena G. White
Hay en las Escrituras algunas cosas que son difíciles de comprender, y que, según el lenguaje de Pedro, los ignorantes e inestables tuercen para su propia perdición. Tal vez no podamos en esta vida explicar el significado de todo pasaje de la Escritura; pero no hay puntos de verdad práctica que hayan de quedar envueltos en el misterio. CRA 221.1
Cuando llegue el momento en que, según la providencia de Dios, el mundo deba ser probado respecto de la verdad para este tiempo, su Espíritu inducirá a las mentes a escudriñar las Escrituras, aun con ayuno y oración, hasta que descubran eslabón tras eslabón, y los unan en una cadena perfecta. Todo hecho que se relacione directamente con la salvación de las almas quedará tan claro que nadie necesitará errar ni andar en las tinieblas.—Joyas de los Testimonios 1:283 (1870). CRA 221.2
300. Ciertos puntos difíciles de la verdad presente han sido aprehendidos por los fervientes esfuerzos de unos pocos que se consagraban a la obra. El ayuno y la oración ferviente a Dios han movido al Señor a abrir sus tesoros de verdad a su entendimiento.—Testimonies for the Church 2:650, 651 (1870). CRA 221.3
301. Los que desean sinceramente la verdad no vacilarán en exponer sus puntos de vista a la investigación y la crítica, y no se molestarán si alguien contradice sus opiniones e ideas. Este era el espíritu que reinaba entre nosotros hace cuarenta años. Nos reuníamos con el alma agobiada, orando para que fuésemos uno en fe y en doctrina; porque sabíamos que Cristo no se divide. Investigábamos un punto cada vez. La solemnidad caracterizaba estas reuniones de investigación. Las Escrituras eran abiertas con una actitud de reverencia. Con frecuencia ayunábamos, a fin de comprender mejor la verdad.—[The Review and Herald, julio 26 de 1892.]; Testimonies for the Church 2:650, 651. CRA 222.1
Cuando se necesita la ayuda divina
302. Para ciertas cosas, el ayuno y la oración son recomendados y apropiados. En la mano de Dios son un medio de limpiar el corazón y de fomentar la buena disposición. Obtenemos respuesta a nuestras oraciones porque humillamos nuestras almas delante de Dios.—Carta 73, 1896. CRA 222.2
303. Dios ha dispuesto que los que asumen responsabilidades se reúnan a menudo para consultar unos con otros y orar fervientemente pidiendo la sabiduría que sólo él puede impartir. Unidos, presentad a Dios vuestras dificultades. Hablad menos; mucho tiempo precioso se pierde en conversaciones que no producen luz. Que los hermanos se unan en ayuno y oración para obtener la sabiduría que Dios ha prometido otorgar liberalmente.—Gospel Workers, 236 (1892) (edic. antigua). CRA 222.3
304. Siempre que sea necesario, para el progreso de la causa de la verdad y la gloria de Dios, hacer frente a un.—Testimonies for the Church 1:624 (1867). oponente, ¡con cuánto cuidado y humildad deben [los defensores de la verdad] entrar en el conflicto! Con escrutinio del corazón, con ferviente oración y frecuente ayuno, debieran rogar a Dios que les ayude especialmente para dar una victoria gloriosa a su preciosa y salvadora verdad, a fin de exponer el error en su verdadera deformidad, y que sus defensores queden completamente derrotados. CRA 222.4
[El ayuno del Salvador es una lección para los que vivimos en una época espantosa—238] CRA 223.1
El ayuno verdadero, que debiera recomendarse a todos, es abstinencia de todo alimento estimulante, y el debido consumo de alimentos sencillos que Dios ha provisto en abundancia. Los hombres debieran pensar menos acerca de lo que beberán y comerán del alimento temporal y dar más importancia al alimento del cielo que los tonificará y vitalizará en toda su experiencia religiosa.—Carta 73, 1896; Medical Ministry, 283. CRA 223.2
306. De ahora en adelante hasta el fin del tiempo, los hijos de Dios debieran ser más fervientes y más despiertos, y no confiar en su propia sabiduría, sino en la sabiduría de su Caudillo. Ellos debieran dedicar días especiales al ayuno y la oración. No es necesario que se abstengan de alimento, pero debieran comer con moderación alimentos sencillos.—The Review and Herald, febrero 11 de 1904. CRA 223.3
307. Todos los ayunos del mundo no asumirán el lugar de la sencilla confianza en la Palabra de Dios. “Pedid—dice—y recibiréis”... No se os pide que ayunéis cuarenta días. El Señor ayunó por vosotros en esta forma en el desierto de la tentación. No habría virtud en un ayuno tal; pero hay virtud en la sangre de Cristo.—Carta 206, 1908.CRA 223.4
308. El espíritu del ayuno y la oración verdaderos es el espíritu que entrega la mente, el corazón y la voluntad a Dios.—Manuscrito 28, 1900.
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