Un rostro, un peinado

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Texto por:  Gabrimar

La forma como luces tu cabello dice mucho de tu persona y de tu arreglo, así que para que estos últimos luzcan bonitos y espectaculares, es necesario contar con un buen corte de pelo, lo que, sin duda alguna, conforma la base para lucir un buen peinado. Ahora, para que éste realmente resalte tu belleza, es decir, para que sea el adecuado de acuerdo a tu fisonomía y manera de vestir, es importante tomar en cuenta algunos detalles.

Lo primero que hay que hacer para decidir cuál es tu corte y estilo de peinado, es analizar las características de tu cara y los rasgos predominantes de la misma; estos datos te pueden ser útiles:

Rostro ovalado: este tipo de caras son las más afortunadas, ya que pueden lucir prácticamente todos los estilos: desde los bob y cortes muy cortos, hasta la melena lisa, pasando, por supuesto, por la clásica media melena ondulada.

Rostro redondo: en estos casos, lo que funciona muy bien son aquellos estilos que permiten llevar el pelo alrededor de la cara; esto permite disimular la anchura de las mejillas y equilibrar la longitud de las facciones. Opta por los volúmenes en la parte superior, las melenas rizadas que enmarquen el rostro, las mechas sobre las mejillas (disminuyen la anchura de los pómulos), los estilos que dejan la frente despejada con flequillos grafilados y los rizos asimétricos. Aléjate de las melenas lacias -sobre todo si llevan la raya en medio-, del cabello muy corto y de los flequillos rectos.

Rostro cuadrado: si es tu caso, elige un estilo que suavice tus ángulos. Especialmente te favorecen la raya al lado y los cortes con mechas oblicuas sobre la frente. Este tipo de rostro se puede permitir los estilos cortos con movimientos ascendentes (alargan la expresión) y también los peinados huecos, como las melenas a los hombros con volumen. No son favorecedoras las melenas excesivamente largas, los peinados regulares o cuadrados ni los flequillos rectos.

Rostro alargado y estrecho: para este tipo de rostro debes buscar los volúmenes que ensanchen los lados, los flequillos, las melenas rizadas a la altura de la barbilla, los cortes al bies y las nucas despejadas. Olvídate de las melenas largas y lisas, los cortes rectos y todos los estilos que impliquen volumen en la parte superior.

Rostro triangular: en este caso, debes optar por los cortes con volumen, pero en la parte superior, ya que de esta manera logras disimular la anchura de la frente. Se deben buscar peinados que ayuden a equilibrar las proporciones de la frente y la barbilla. También son favorecedores los cortes degradados, las melenas rizadas y asimétricas, y los flequillos en capas. Evita siempre el cabello estirado hacia atrás y la nuca y frente demasiado despejadas.

Por otro lado, también existen rasgos que te definen y que pueden ayudarte a elegir el peinado que te sienta mejor. Fíjate en los siguientes detalles de tu rostro:

Nariz recta: lo que más favorece este tipo de rasgo son los peinados recogidos; cuanto más alto lo puedas usar, mejor.

Frente estrecha: le van bien los flequillos lisos que nacen lo más alto posible, así como la raya de lado. Debes evitar los peinados aplastados o con falta de volumen en el cuello.

Nariz larga y aguileña: debes optar por los estilos ahuecados -es una técnica utilizada por los profesionales que consiste en levantar las raíces sin rizarlas, con lo que se logra conseguir una sensación de volumen considerable-; queda prohibida la raya en medio y los moños.

Nuca gruesa: inclínate por elegir un corte degradado y preferiblemente rizado, ya que la peor opción en estos casos es recurrir a los estilos lisos y geométricos.

Frente abultada: para disimularla, lo mejor que puedes hacer es recurrir al uso de flequillos asimétricos y desordenados.

Barbilla puntiaguda: al ser la barbilla el punto focal del rostro, debes atraer la atención a los ojos y a los pómulos, por lo que lo que te favorecen son los cortes con flequillos secundarios, frente despejada, pelo justo a la barbilla y capas largas en los pómulos. Evita cortes duros, cuanto más suelto o casual sea tu estilo, mejor.

Nariz corta y respingada: lo mejor es inclinarse por el cabello corto; dale un toque especial utilizando mechas o reflejos.

Orejas despegadas: la mejor forma de disimularlas es mediante el uso de ondas y peinados con movimiento. Evita a toda costa los cortos excesivos; en cambio, las melenas largas en capas dan más juego.

Recuerda siempre que, así como te preocupas por algunos aspectos muy específicos de tu imagen personal, tu peinado no es la excepción. Un buen corte de pelo puede hacer la diferencia en cómo luzcas hacia los demás. Así que no escatimes, invierte un poco, visita a un experto que te recomiende el corte que saque lo mejor de ti.

Recuerda… ¡tú generas el cambio!