La carne es un estimulante típico - ¿Por qué usar alimento de segunda mano? - Consejo Sobre el Régimen Alimenticio por: Elena G. White


Imagen relacionada

¿Por qué usar alimento de segunda mano?

El régimen de los animales se compone de verduras y cereales. ¿Necesitan las verduras ser animalizadas, deben ser incorporadas en el organismo de los animales antes de que las empleemos? ¿Debemos obtener nuestro régimen vegetal comiendo la carne de criaturas muertas? Dios proveyó frutas en su estado natural para nuestros primeros padres. Cuando le encargó a Adán que cuidara del jardín, que lo labrara y lo trabajara, le dijo: Esto “os será para comer”. No era su propósito que un animal destruyera a otro para obtener alimento.—Carta 72, 1896. 704. Los que comen carne no hacen más que comer cereales y verduras de segunda mano, pues el animal recibe de tales productos el alimento que lo nutre. La vida que estaba en los cereales y en las verduras pasa al organismo del ser que los come. Nosotros a nuestra vez la recibimos al comer la carne del animal. ¡Cuánto mejor sería aprovecharla directamente, comiendo el alimento que Dios dispuso para nuestro uso!—El Ministerio de Curación, 241 (1905).


La carne es un estimulante típico

705. A menudo, al dejar de consumir carne, se experimenta una sensación de debilidad y falta de vigor. Muchos insisten en que esto prueba que la carne es esencial; pero se la echa de menos porque es un alimento estimulante que enardece la sangre y excita los nervios. A algunos les es tan difícil dejar de corner carne como a los borrachos renunciar al trago; y sin embargo se beneficiarían con el cambio.—El Ministerio de Curación, 243, 244 (1905).
[Véase también 61.] 706. La carne también es perjudicial. Su efecto naturalmente excitante debería ser argumento suficiente contra su consumo; y el hecho de que los animales estén casi universalmente enfermos la hace doblemente reprobable. Tiende a irritar los nervios y excita las pasiones favoreciendo de este modo las tendencias más bajas.—La Educación, 199 (1903). 707. Me sorprendió en cierta forma su argumento en cuanto a por qué un régimen a base de carne lo ha mantenido a Ud. fuerte, pues, si Ud. prescindiera de su persona y de sus intereses individuales, su razón le enseñaría que un régimen a base de carne no es tan ventajoso como Ud. supone. Ud. sabe cómo contestaría a una persona apegada al tabaco si ella le presentara, como una defensa del uso del tabaco, los argumentos que Ud. ha presentado como razón por la cual Ud. debe continuar el uso de carne de animales muertos como alimento. La debilidad que Ud. siente cuando no usa carne es uno de los argumentos más poderosos que yo podría presentarle como una razón para que Ud. deje el empleo de ese alimento. Los que comen carne se sienten estimulados después de consumir este alimento, y suponen que están más fuertes. Después que alguien deja el uso de la carne, por un tiempo puede sentir debilidad, pero cuando su organismo es limpiado del efecto de ese régimen, deja de sentirse débil, y de anhelar lo que ha defendido como algo esencial para tener fuerza.—Carta 73a, 1896. [Debilidad sentida por E. G. de White cuando tenía un régimen abundante de carne.—Apéndice 1:4, 5, 10.] [Lucha de E. G. de White para cambiar el régimen a base de carne.—Apéndice 1:4, 5.]


 Provéanse sustitutos

708. Cuando se deja la carne hay que sustituirla con una variedad de cereales, nueces, legumbres, verduras y frutas que sea nutritiva y agradable al paladar. Esto es particularmente necesario al tratarse de personas débiles o que estén recargadas de continuo trabajo. En algunos países donde reina la escasez, la carne es la comida más barata. En tales circunstancias, el cambio de alimentación será más difícil, pero puede realizarse. Sin embargo, debemos tener en cuenta la condición de la gente y la fuerza de las costumbres establecidas, y también guardarnos de imponer indebidamente las ideas nuevas, por buenas que sean. No hay que instar a nadie a que efectúe este cambio bruscamente. La carne debe reemplazarse con alimentos sanos y baratos. En este asunto mucho depende de quien cocine. Con cuidado y habilidad, pueden prepararse manjares nutritivos y apetitosos con que sustituir en buena parte la carne.
En todos los casos, edúquese la conciencia, apélese a la voluntad, suminístrese alimento bueno y sano, y el cambio se efectuará de buena gana, y en breve cesará la demanda de carne.—El Ministerio de Curación, 244 (1905). 709. La debida forma de cocinar los alimentos es una de las tareas más importantes. Especialmente donde la carne no constituye un artículo principal de alimentación, la buena preparación de los alimentos es un requisito esencial. Debe prepararse algo para ocupar el lugar de la carne, y esos sustitutos deben ser bien preparados, de manera que no se desee la carne.—Carta 60a, 1896. [Háganse los cambios con inteligencia—320, 380] [Se necesita un régimen adecuado cuando se abandona la carne—320] [Dios dará habilidad para preparar alimentos sanos a fin de que ocupen el lugar de los platos de carne—376, 400, 401, 404] [El régimen a base de frutas, cereales, nueces y legumbres debe reemplazar la carne—472, 483, 484, 513]

Excusas ilógicas

710. Cuando Satanás toma posesión de la mente, ¡cuán pronto se esfuman la luz y la instrucción que el Señor ha dado en su bondad, de manera que ya no tienen fuerza! ¡Cuántas personas fabrican excusas e inventan necesidades que no existen, para sostenerse en su conducta errónea, mientras ponen a un lado la luz y la pisotean! Hablo con seguridad. La mayor objeción a la reforma pro salud es que este pueblo no vive la reforma; y sin embargo dirá con seguridad que no puede vivir la reforma pro salud y preservar su vigor.
En cada caso semejante encontramos una buena razón por la cual ellos no pueden vivir la reforma pro salud. No la viven, y nunca la han seguido estrictamente, y por lo tanto no pueden ser beneficiados por ella. Algunos caen en el error de pensar que porque descartan la carne no tienen necesidad de reemplazarla con las mejores frutas y legumbres, preparadas en su estado más natural, libre de grasas y especias. Si solamente arreglaran con habilidad las cosas abundantes de las cuales el Creador nos ha rodeado, padres e hijos, empeñados en forma conjunta y con clara conciencia en la tarea, disfrutarían de los alimentos sencillos, y podrían entonces hablar con comprensión de la reforma pro salud. Los que no han sido convertidos a la reforma pro salud y nunca la han adoptado, no pueden ser jueces de sus beneficios. Los que se apartan ocasionalmente para gratificar su gusto y comer un pavo engordado u otras carnes, pervierten su apetito, y no son las personas indicadas para juzgar los beneficios del sistema de la reforma pro salud. Están gobernados por el gusto, y no por los principios.—Testimonies for the Church 2:486, 487 (1870).


Llamados fervientes a practicar la reforma

711. Muchos padres actúan como si carecieran de raciocinio. Se hallan en un estado de letargo, paralizados por la complacencia del apetito pervertido y de la pasión degradante. Nuestros ministros, que conocen la verdad, deben despertar al pueblo de su condición paralizada, e inducir a nuestros hermanos a dejar las cosas que crean apetito por la carne. Si descuidan la reforma, perderán poder espiritual, y llegarán a estar cada vez más degradados por la complacencia pecaminosa. En muchos hogares se practican hábitos que disgustan al universo celestial, hábitos que degradan a los seres humanos y los colocan en un nivel más bajo que las bestias. Digan todos los que conocen la verdad: “Os ruego... que os abstengáis de los deseos carnales que batallan contra el alma”.
Que ninguno de nuestros ministros presente un ejemplo malo en el consumo de carne. Vivan ellos y sus familias a la altura de la reforma pro salud. No animalicen nuestros pastores su propia naturaleza y la naturaleza de sus hijos. Niños cuyos deseos no han sido restringidos, son tentados no sólo a complacer los hábitos comunes de intemperancia, sino también a dar rienda suelta a sus bajas pasiones, y a desatender la pureza y la virtud. Ellos son guiados por Satanás no solamente a corromper sus propios cuerpos, sino a susurrarles a otros sus comunicaciones perversas. Si los padres están cegados por el pecado, a menudo dejarán de discernir estas cosas. A los padres que viven en las ciudades, el Señor les envía la clamorosa advertencia: Juntad a vuestros hijos en vuestra propia casa; reunidlos para separarlos de los que no prestan atención a los mandamientos de Dios, los que enseñan y practican el mal. Salid de las ciudades tan rápido como sea posible. Los padres pueden procurar pequeños hogares en el campo, con tierra para cultivar, donde pueden tener huertas y cultivar hortalizas y pequeñas frutas para que ocupen el lugar de la carne, la cual tanto corrompe el torrente sanguíneo vitalizador que circula por las venas.—Manuscrito 133, 1902.

Comentarios

Populares

Como limpiar el intestino para mejor salud lo llaman "el segundo cerebro" Por que?

Como hacer una pinda para masajes

Tofu marinado con limón y cayena

Coquito vegano puertorriqueño sin alcohol

Beneficios que te aporta consumir las semilla de moringa en ayunas

Alimentos veganos y plantas para mantener la salud de los riñones

Beneficios de los frutos secos🥜🌰

Queso Cheddar Vegano

En el trato con los demás - El Ministerio de Curación - Elena G. White

Beneficios de las cherries o cerezas