Falta de preparación para el fuerte clamor - Consejo Sobre el Régimen Alimenticio por: Elena G. White
Me fue mostrado que la reforma pro salud es una parte del mensaje del tercer ángel, y está tan estrechamente relacionada con él como el brazo y la mano lo están con el cuerpo humano. Vi que como pueblo veremos efectuar un movimiento de avance en esta gran obra. Los ministros y el pueblo deben actuar de concierto. Los hijos de Dios no están preparados para el fuerte clamor del tercer ángel. Tienen una obra que hacer en favor de sí mismos que no deben dejar para que Dios la haga por ellos. El ha reservado esta obra para que ellos la hicieran. Es una obra individual; uno no puede hacerla por otro. “Así que, amados, puesto que tenemos tales promesas, limpiémonos de toda contaminación de carne y de espíritu, perfeccionando la santidad en el temor de Dios”. La glotonería es el pecado prevaleciente en esta era. El apetito pecaminoso convierte en esclavos a hombres y mujeres, entenebrece sus intelectos y entorpece sus sensibilidades morales hasta un grado tal que las sagradas y altas verdades de la Palabra de Dios no son apreciadas. Las propensiones inferiores han dominado a hombres y mujeres. A fin de estar listos para la traslación, los hijos de Dios deben conocerse a sí mismos. Deben tener una comprensión de su propia estructura física, para que junto con el salmista puedan exclamar: “Te alabaré; porque formidables, maravillosas son tus obras”. Salmos 139:14. Siempre deben tener el apetito en sujeción a los órganos morales e intelectuales. El cuerpo debe ser siervo de la mente, y no la mente del cuerpo.—Testimonies for the Church 1:486, 487 (1867).
Preparación para el refrigerio
36.
Dios exige que sus hijos se limpien a sí mismos de toda inmundicia de
la carne y del espíritu, perfeccionando la santidad en el temor del
Señor. Todos los que sean indiferentes y se disculpen por no hacer esta
obra, esperando que el Señor haga por ellos lo que él exige que ellos
hagan por sí mismos, serán hallados faltos cuando los mansos de la
tierra, que han puesto por obra sus juicios, sean escondidos en el día
de la ira del Señor.
Se
me mostró que si el pueblo de Dios no hace esfuerzos de su parte, sino
que espera que venga el refrigerio y quite sus errores y corrija sus
equivocaciones; si depende de ello para limpiarse de la inmundicia de la
carne y del espíritu, a fin de estar preparado para empeñarse en el
fuerte clamor del tercer ángel, será hallado falto. El refrigerio, o sea
el poder de Dios, viene solamente sobre los que se hallan preparados
para él haciendo la tarea que Dios les pide, es a saber, limpiarse a sí
mismos de toda inmundicia de la carne y del espíritu, perfeccionando la
santidad en el temor de Dios.—Testimonies for the Church 1:619 (1867).Un llamado a los vacilantes
37.
El dejar de seguir los sanos principios ha echado a perder la historia
del pueblo de Dios. Ha habido un descuido continuo en la reforma pro
salud, y como resultado de ello Dios es deshonrado por una gran falta de
espiritualidad. Se han erigido barreras que nunca se habrían visto si
el pueblo de Dios hubiera andado en la luz.
¿Permitiremos
nosotros, los que hemos tenido tan grandes oportunidades, que la gente
del mundo se nos adelante en la reforma pro salud? ¿Rebajaremos nuestras
mentes y abusaremos de nuestras facultades con una forma equivocada de
comer? ¿Violaremos la santa ley de Dios siguiendo prácticas egoístas?
¿Llegará nuestra inconsecuencia a ser un objeto de oprobio? ¿Viviremos
una vida tan diferente de la de Cristo que el Salvador se avergonzará de
llamarnos hermanos?
¿No
haremos en cambio la obra médico-misionera, que es el Evangelio en
acción, viviendo de tal manera que la paz de Dios pueda dominar en
nuestro corazón? ¿No quitaremos todo obstáculo que esté ante los pies de
los no creyentes, recordando siempre qué es lo que cuadra a una
profesión de cristianismo? Mucho mejor es abandonar el nombre de Cristo
que hacer profesión y al mismo tiempo complacer los apetitos que
fortalecen las pasiones no santificadas.
Dios
exige que todo miembro de la iglesia dedique su vida sin reservas al
servicio del Señor. El pide una reforma decidida. Toda la creación gime
bajo la maldición. Los hijos de Dios deben colocarse a sí mismos donde
puedan crecer en la gracia, siendo santificados en cuerpo, alma y
espíritu, por la verdad. Cuando rompan con toda complacencia destructora
de la salud, tendrán una percepción más clara de lo que constituye la
verdadera santidad. Un cambio poderoso se verá en su experiencia
religiosa.—The Review and Herald, 27 de mayo de 1902; Counsels on Health, 578, 579.Todos son probados
38.
Es de gran importancia que hagamos individualmente nuestra parte y
tengamos una comprensión inteligente de lo que debemos comer y beber, y
cómo debemos vivir para preservar la salud. Todos están siendo probados
para ver si aceptan los principios de la reforma pro salud o siguen una
conducta de complacencia propia.
Nadie
piense que puede actuar como le agrade con relación al régimen
alimenticio. Antes bien, a todos los que se sientan a la mesa con
vosotros, debe resultarles evidente que seguís los principios en materia
de alimentación, así como en todos los demás asuntos, a fin de que la
gloria de Dios sea revelada. No podéis permitiros actuar de otra suerte,
porque tenéis un carácter que formar para la vida futura inmortal.
Grandes responsabilidades descansan sobre toda alma humana. Comprendamos
estas responsabilidades, y llevémoslas noblemente en el nombre del
Señor.
A
cada uno de los que son tentados a complacer el apetito quiero decirle:
No ceda a la tentación, mas limítese al uso de alimentos sanos. Ud.
puede educarse para gozar de un régimen saludable. El Señor ayuda a los
que tratan de ayudarse a sí mismos, pero cuando los hombres no ponen
especial empeño en obrar según la mente y la voluntad de Dios, ¿cómo
puede él obrar por medio de ellos? Hagamos nuestra parte, obrando
nuestra salvación con temor y temblor, no sea que cometamos errores en
la forma de tratar nuestro cuerpo, el cual estamos, delante de Dios, en
la obligación de conservar en la condición más saludable posible.—The Review and Herald, 10 de febrero de 1910.La verdadera reforma es la reforma del corazón
39.
Los que quieren trabajar en el servicio de Dios no deben estar buscando
gratificación mundana e indulgencia egoísta. Los médicos de nuestras
instituciones deben estar imbuidos de los principios vivos de la reforma
pro salud. Los hombres no serán nunca temperantes hasta que la gracia
de Cristo sea un principio viviente en el corazón. Todas las promesas
del mundo no lo harán a Ud. y a su esposa reformadores en materia de
salud. Ninguna mera restricción de su régimen alimenticio lo curará de
su apetito enfermo. El Hno. y la Hna. _____ no practicarán la
temperancia en todas las cosas hasta que sus corazones sean
transformados por la gracia de Dios.
Las
circunstancias no pueden producir reformas. El cristianismo propone una
reforma del corazón. Lo que Cristo obra dentro, se realizará bajo el
dictado de un intelecto convertido. El plan de comenzar afuera y tratar
de obrar hacia el interior siempre ha fracasado, y siempre fracasará. El
plan de Dios con Ud. es comenzar con la raíz misma de todas las
dificultades, el corazón, y entonces del corazón mismo surgirán los
principios de justicia. La reforma será exterior así como interior.—Special Testimonies, serie A, 9:54 (1896).
40.
Los que elevan la norma tanto como les sea posible de acuerdo con la
orden de Dios, según la luz que el Señor les ha dado por medio de su
Palabra y de los testimonios de su Espíritu, no cambiarán su conducta
para acomodarse a los deseos de sus amigos o parientes, ora se trate de
una, de dos o de una cantidad de personas que estén viviendo
contrariamente a la sabia disposición divina. Si procedemos según los
principios en estas cosas, si observamos reglas estrictas en nuestra
alimentación, si como cristianos educamos nuestros gustos según el plan
de Dios, ejerceremos una influencia que estará de acuerdo con la mente
de Dios. La pregunta es: “¿Estamos dispuestos a ser fieles reformadores
en pro de la salud?”—Carta 3, 1884.
[Para el contexto véase 720.]Una cuestión de primordial importancia
41.
Estoy encargada de dar a nuestra iglesia entera un mensaje tocante a la
reforma pro salud; porque muchos han dejado de ser fieles a sus
principios.
El
propósito de Dios para con sus hijos es que éstos alcancen la medida de
la estatura de hombres y mujeres perfectos en Cristo Jesús. Para ello,
deben hacer uso conveniente de todas las facultades de la mente, el alma
y el cuerpo. No pueden derrochar ninguna de sus energías mentales o
físicas.
El
asunto de la conservación de la salud tiene una importancia capital. Al
estudiar esta cuestión en el temor de Dios, aprenderemos que, para
nuestro mejor desarrollo físico y espiritual, conviene que nos atengamos
a un régimen alimenticio sencillo. Estudiemos con paciencia esta
cuestión. Para obrar atinadamente en este sentido, necesitamos
conocimientos y discernimiento. Las leyes de la naturaleza existen, no
para ser resistidas, sino acatadas.
Los
que han recibido instrucciones acerca de los peligros del consumo de
carne, té, café y alimentos demasiado condimentados o malsanos, y
quieran hacer un pacto con Dios por sacrificio, no continuarán
satisfaciendo sus apetitos con alimentos que saben son malsanos. Dios
pide que los apetitos sean purificados y que se renuncie a las cosas que
no son buenas. Esta obra debe ser hecha antes que su pueblo pueda estar
delante de él como un pueblo perfecto.
El
pueblo remanente de Dios debe ser un pueblo convertido. La presentación
de este mensaje debe tener por resultado la conversión y santificación
de las almas. El poder del Espíritu de Dios debe hacerse sentir en este
movimiento. Poseemos un mensaje maravilloso y definido; tiene una
importancia capital para quien lo recibe, y debe ser proclamado con
fuerte voz. Debemos creer con una fe firme y permanente que este mensaje
irá cobrando siempre mayor importancia hasta la consumación de los
tiempos.
Algunos
profesos cristianos aceptan ciertas porciones de los Testimonios como
un mensaje de Dios, pero rechazan las que condenan sus costumbres
favoritas. Tales personas trabajan para su mengua y la de la iglesia. Es
de todo punto esencial que andemos en la luz mientras la tenemos. Los
que diciendo creer en la reforma pro salud, niegan sus principios en la
vida diaria, causan perjuicio a su alma y producen una impresión
desfavorable en la mente de los creyentes y de los no creyentes.
Una
solemne responsabilidad descansa sobre los que tienen conocimiento de
la verdad: la de velar para que todas sus obras correspondan a su fe,
que su vida sea refinada y santificada, y que sean preparados para la
obra que debe cumplirse rápidamente en el curso de estos últimos días
del mensaje. No tienen ni tiempo ni fuerzas que gastar en la
satisfacción de sus apetitos. Estas palabras debieran repercutir con
fuerza ahora en nuestros oídos: “Arrepentíos y convertíos, para que sean
borrados vuestros pecados; pues que vendrán los tiempos del refrigerio
de la presencia del Señor”. Hechos 3:19.
A muchos de los nuestros les falta espiritualidad y se perderán a menos
que se conviertan completamente. ¿Queréis arriesgaros a ello?...
Sólo
el poder de Cristo puede obrar, en el corazón y la mente, la
transformación que deben experimentar todos los que quieran participar
con él de la nueva vida, en el reino de los cielos. “El que no naciere
otra vez—dice el Salvador—no puede ver el reino de Dios”. Juan 3:3.
La religión proveniente de Dios es la única que nos puede conducir a
él. Para servirle convenientemente, es necesario haber nacido del
Espíritu divino. Entonces seremos inducidos a velar. Nuestros corazones
serán purificados, nuestras mentes renovadas, y recibiremos nuevas
aptitudes para conocer y amar a Dios. Obedeceremos espontáneamente a
todos sus requerimientos. En eso consiste el culto verdadero.—Joyas de los Testimonios 3:354-356 (1909).Un frente unido
42.
Se nos ha dado la obra de hacer avanzar la reforma pro salud. El Señor
desea que sus hijos estén de acuerdo el uno con el otro. Como Ud. debe
saber, no abandonaremos la posición en la cual, durante los últimos
treinta y cinco años,
el Señor nos ha pedido que estuviéramos. Tenga cuidado de cómo se
coloca Ud. en la oposición a la obra de la reforma pro salud. Ella
avanzará; porque constituye el medio que el Señor tiene de aminorar los
sufrimientos de nuestro mundo, y de purificar a su pueblo Tenga cuidado
de la actitud que asume, no sea que se lo encuentre causando división.
Hermano mío, aun cuando Ud. deje de aplicar en su propia vida y a su
propia familia las bendiciones que se obtienen al seguir los principios
de la reforma pro salud, no perjudique a otros oponiéndose a la luz que
Dios ha dado sobre este tema.
Special Testimonies, serie A, 7:40; Counsels on Health, 561, 562.
43.
El Señor ha dado a su pueblo un mensaje con respecto a la reforma pro
salud. Esta luz ha estado brillando en su camino durante treinta años; y
el Señor no puede sostener a sus siervos en una conducta que la
contradiga. El se desagrada cuando sus siervos actúan en oposición al
mensaje referente a este punto, que él les ha dado para que den a los
demás. ¿Puede agradarle a él el que la mitad de los obreros que trabajan
en un lugar, enseñe que los principios de la reforma pro salud se
hallan tan estrechamente relacionados con el mensaje del tercer ángel
como el brazo con el cuerpo, mientras sus colaboradores, por medio de su
ejemplo práctico, enseñan principios que son completamente opuestos?
Esto se considera como un pecado a la vista de Dios...
Nada
trae más desánimo a los centinelas del Señor que el relacionarse con
los que tienen capacidad mental, y entienden las razones de nuestra fe,
pero por precepto y ejemplo manifiestan indiferencia hacia las
obligaciones morales.
No
puede jugarse con la luz que Dios ha dado sobre la reforma pro salud
sin perjuicio para los que intentan hacerlo; y ningún hombre puede
esperar tener éxito en la obra de Dios mientras, por precepto y ejemplo,
actúa en oposición a la luz que Dios ha enviado.—Carta 48, 1902.
44.
Es importante que los ministros den instrucciones con respecto a una
vida templada. Deben mostrar la relación que existe entre comer,
trabajar, descansar y vestirse por una parte, y la salud por la otra.
Todos los que creen la verdad para estos últimos días, tienen algo que
hacer en este asunto. Les concierne, y Dios exige que se despierten y se
interesen en esta reforma. El no se agradará de su conducta si ellos
consideran esta cuestión con indiferencia.—Testimonies for the Church 1:618 (1867).El tropezar contra la bendición
45. Dijo el ángel: “Os ruego... que os abstengáis de los deseos carnales que batallan contra el alma”. 1 Pedro 2:11.
Ud. ha tropezado contra la reforma pro salud. A Ud. le parece que es un
apéndice innecesario de la verdad. No es así; es parte de la verdad.
Tiene Ud. delante una obra que lo afectará más de cerca y que llegará a
ser más decisiva que cualquier otra cosa que haya sido dirigida a Ud.
Mientras Ud. duda y se mantiene a la zaga, y no se posesiona de las
bendiciones que tiene el privilegio de recibir, Ud. sufre una pérdida.
Ud. está tropezando precisamente sobre la verdad misma que el cielo ha
colocado en su camino para hacer el progreso menos difícil. Satanás la
presenta ante Ud. con el enfoque más objetable, a fin de que Ud. luche
contra aquello que llegará a ser de máximo beneficio para Ud., aquello
que sería para su salud física y espiritual.—Testimonies for the Church 1:546 (1867).
[Excusas para obrar mal preparadas bajo las influencias satánicas—710]FUENTE: Libro 'consejo sobre el régimen alimenticio' de Elena G. White (Coofundadora de la Iglesia Adventista del séptimo día)
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