Cosas cancerígenas que consumes a diario
Las sustancias relacionadas con el cáncer están en todas partes.
A veces pueden parecer totalmente inevitables: los californianos ahora tienen que leer advertencias sobre el cáncer mientras beben sus café matutino, y el Centro Internacional de Investigaciones sobre el Cáncer de la Organización Mundial de la Salud lleva un recuento de cosas que se ha comprobado que causan cáncer, parecen causar cáncer o pueden causar cancer.
Todo cáncer es el resultado de daño o mutaciones genéticas en nuestro ADN. Afecta fundamentalmente a la forma en que las células crecen y se dividen, transformándolas de forma perversa. Esas células tóxicas que se multiplican rápidamente se convierten en tumores incontrolables y pueden diseminarse a lo largo y ancho del cuerpo.
Algunos casos de cáncer están fuera de nuestro control, determinados por defectos genéticos y predisposiciones transmitidos de una generación a otra, o estimulados por los cambios genéticos que sufrimos a lo largo de nuestra vida.
Los productos como los cigarrillos son claros causantes del cáncer, mientras que otros productos consumibles como el café y la carne a la parrilla pueden aumentar las posibilidades de contraer cáncer en tan solo una pequeña fracción, si es que lo hacen.
La verdad es que casi todos los compuestos podrían posiblemente, de alguna manera, contribuir al cáncer. Aún así, los científicos empiezan a pensar que deberíamos controlar más de cerca algunas sustancias.
Esto es lo que sabemos.
La píldora anticonceptiva
Estar tomando la píldora anticonceptiva es un arma de doble filo cuando se trata del cáncer.
Si bien puede aumentar el riesgo en una mujer de desarrollar cáncer de mama y de cuello uterino, los estudios sugieren que también podría reducir las posibilidades de sufrir cánceres de endometrio, de ovarios o colorrectales.
Azúcar
Los científicos ahora saben que comer demasiadas cosas dulces no solo puede conducir a la diabetes, sino que también puede dañar activamente las células y aumentar las probabilidades de desarrollar cáncer.
Pero eso no es todo.
Una nueva investigación sugiere que el azúcar puede alimentar el crecimiento del tumor en el cuerpo, porque el cáncer usa el azúcar como combustible.
"El consumo hiperactivo de azúcar de las células cancerosas conduce a un círculo vicioso de estimulación continua del desarrollo y crecimiento del cáncer" explicó el biólogo molecular belga Johan Thevelein, cuando se publicó su último estudio en 2017. Los científicos dicen que las nuevas investigaciones nos ayudan a comprender mejor cómo interactúan el azúcar y el cáncer, y algún día podrían ayudar a crear estrategias de dieta específicas para los pacientes.
Algunos plásticos
Los plásticos pueden ser peligrosos, especialmente cuando filtran sustancias químicas a través de arañazos o grietas en un envase.
El Bisfenol A (BPA) es un estrógeno sintético que se ha utilizado en muchos plásticos y resinas desde la década de 1960. Y es un disruptor endocrino conocido, lo que significa que interrumpe el equilibrio natural de nuestras hormonas. Las resinas de BPA pueden usarse en productos como los selladores de las latas de metal de comida envasada, mientras que los plásticos de BPA pueden usarse en botellas de agua y contenedores de almacenamiento de alimentos. El BPA está presente incluso en el lado brillante del papel de las facturas, para estabilizar la tinta.
Mientras que muchos fabricantes de plásticos han comenzado a etiquetar sus productos como "libres de BPA", siguen quedando ahí otras sustancias que pueden causar cáncer de pecho y de próstata.
Comida precocinada
Cualquier comida que venga en una envoltura de plástico arrugada, esté sellada industrialmente y fabricada para durar meses sin estropearse, puede ser una solución rápida para solucionar el hambre, pero también es probable que aumente tu riesgo de padecer cáncer.
Recientemente, un grupo de científicos en Francia han econtrado un vínculo entre las personas que consumen más alimentos procesados y aquellas que desarrollan cáncer.
Aún no están seguros de si el problema son los ingredientes estabilizadores de la comida, los envases de plástico o alguna combinación de los dos. Y debido a que su estudio es correlacional, es posible que haya algún otro factor oculto involucrado.
Cigarrillos
A pesar de que la industria del tabaco trató de taparlo, sabemos desde hace años que el humo del tabaco contiene al menos 70 sustancias químicas que causan cáncer. Y no solo los fumadores se ven afectados: las personas que inhalan humo de segunda mano también pueden desarrollar formas letales de cáncer.
Los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades afirman que "los no fumadores que están expuestos al humo en el hogar o en el trabajo aumentan su riesgo de desarrollar cáncer de pulmón en un 20-30%".
Las personas que mastican tabaco también corren un mayor riesgo.
Carne a la parrilla
Puede que la carne cocinada en la barbacoa sea tierna y sabrosa, pero probablemente también aumentan el riesgo de sufrir cáncer. Esto se debe a que la carne contiene unos compuestos llamados aminas heterocíclicas (HCA) e hidrocarburos aromáticos policíclicos (HAP).
Según el Instituto Nacional del Cáncer de EE.UU., cuando carnes como la de vacuno, de ave o de pescado se cocinan sobre una llama caliente o una sartén a altas temperaturas, la grasa y los jugos reaccionan con sustancias químicas peligrosas que se quedan en la carne y que luego nos comemos.
No es seguro que causen cáncer, pero en las pruebas de laboratorio, cambian el ADN de formas que pueden aumentan el riesgo de padecerlo.
Carnes procesadas como el jamón, beicon o las salchichas
La Organización Mundial de la Salud dice que las carnes procesadas como perritos calientes, jamón, beicon y salchichas pueden causar cáncer.
Esto se debe a que la carne se ha tratado de alguna manera para conservarla o darle sabor, usando técnicas como la salazón, el curado, la fermentación o el ahumado.
Según la Fundación del Cáncer de Piel, las personas que usan una cama de bronceado antes de los 35 años aumentan su riesgo de desarrollar melanoma en un 75%.
Tomar el sol de manera regular también puede hacerte daño, por lo que usar ropa protectora, protector solar y encontrar sombra son buenas ideas si vas a estar expuesto al sol por más de 15 minutos.
Alcohol
El consumo regular y excesivo de alcohol puede aumentar el riesgo de desarrollar varios tipos de cáncer, incluidos cáncer de garganta, hígado, mama y colon.
Según el Instituto Nacional del Cáncer, "el riesgo de desarrollar cáncer aumenta con la cantidad de alcohol que bebe una persona".
La OMS también cree que cualquier tipo de carne roja puede estar relacionada con un mayor riesgo de cáncer como el cáncer colorrectal, pero aún no lo puede asegurar.
Los tomates en conserva
Estos tomates son populares porque son baratos y fáciles de preparar. Sin embargo el laboratorio XenoAnalytical LLC, afiliado a la Universidad de Missouri, publicó en el 2008 que algunos productos en conserva, sobre todo la salsa y el jugo de tomate, contienen bisfenol A.
Este es un componente químico que se utiliza para fabricar artículos de plástico, como los discos y las botellas de agua. Además de aumentar el riesgo de contraer cáncer de seno, el bisfenol A aumenta los riesgos de desarrollar hiperactividad, déficit de atención, trastornos hormonales y obesidad.
Carne o pescado curados y alimentos en escabeche
El pescado en salazón, que es muy popular en China, tiene un alto contenido de nitratos y nitritos, conocidos carcinógenos en animales que también pueden causar cáncer en humanos. Los compuestos químicos pueden dañar el ADN, estimulando el cáncer de cabeza y cuello.
Según Cancer Research UK, "las personas de China, o con ancestros chinos que viven en el Reino Unido, tienen tasas más altas de cáncer de nasofaringe que otros grupos étnicos, lo que podría deberse a su dieta".
Comer muchos alimentos en escabeche también puede aumentar el riesgo de cáncer de estómago.
Acrilamida, que se produce en pequeñas cantidades al cocinar o tostar algunos alimentos
De la misma manera que cocinar carne sobre una llama puede aumentar el riesgo de cáncer, dorar ciertos alimentos cocinándolos a altas temperaturas produce un compuesto químico llamado acrilamida.
Esto ocurre de forma natural cuando se cocinan alimentos como pan, granos de café o galletas, en un proceso llamado reacción de Maillard.
Pero la dosis de acrilamida en una taza de café o una galleta probablemente no te matará; es peligroso cuando se inhala en grandes dosis (y es uno de los químicos tóxicos que los fumadores chupan), pero aún no existen pruebas sólidas de que un poco de tostado sea dañino.
California acaba de exigir que los vendedores de café adviertan a sus clientes sobre los posibles riesgos de cáncer al beber café con acrilamida, aunque la mayor parte de la evidencia científica disponible sugiere que beber café en realidad es bastante bueno para la salud.
Cabina de bronceado
Según la Fundación del Cáncer de Piel, las personas que usan una cama de bronceado antes de los 35 años aumentan su riesgo de desarrollar melanoma en un 75%.
Tomar el sol de manera regular también puede hacerte daño, por lo que usar ropa protectora, protector solar y encontrar sombra son buenas ideas si vas a estar expuesto al sol por más de 15 minutos.
Alcohol
El consumo regular y excesivo de alcohol puede aumentar el riesgo de desarrollar varios tipos de cáncer, incluidos cáncer de garganta, hígado, mama y colon.
Según el Instituto Nacional del Cáncer, "el riesgo de desarrollar cáncer aumenta con la cantidad de alcohol que bebe una persona".
Otras cosas que se descubrió que estaban relacionadas con el cáncer en 2020
1. El consumo de aspirinas en personas mayores
Hasta ahora, la aspirina ha sido uno de los medicamentos que se recomendaba a las personas mayores para reducir dolencias crónicas como los ataques al corazón o el cancer debido a sus propiedades antiinflamatorias.
Sin embargo, el National Cancer Institute publicó este año un nuevo gran estudio en el que se vinculaba tomar este analgésico con un mayor riesgo de morir por etapas avanzadas del cáncer en personas mayores de 70 años.
Los participantes en el estudio que tomaban 100 miligramos de aspirina al día tenían casi un 20% más de probabilidades de recibir un diagnóstico de cáncer avanzado y un 30% más de probabilidades de morir a causa de él frente a sus compañeros que tomaron un placebo.
El uso de aspirina en general no se relacionó con mayores posibilidades de desarrollar cáncer.
Los investigadores se han mostrado sorprendieron con los resultados, ya que estudios anteriores habían sugerido que la aspirina tenía un efecto protector contra el cáncer colorrectal.
Ahora se sospecha, aunque no se confirma, que la aspirina puede tener un efecto previamente desconocido sobre el sistema inmunológico de las personas mayores.
En última instancia, la noticia podría hacer que los médicos dejen de recomendar la aspirina como medida preventiva y, al mismo tiempo, permitirla en casos específicos, aunque se necesita más investigación.
2. El tinte permanente para el cabello puede causar alteraciones hormonales relacionadas con el cáncer
Un estudio publicado a finales de 2019 descubrió que el tinte para el cabello y los alisadores podrían tener un efecto disruptivo sobre las hormonas femeninas, según publicó Business Insider.
Específicamente, esos productos se asociaron con pequeños aumentos en el riesgo de cáncer de mama. El mayor riesgo, según el estudio, se producía en las mujeres negras, que son mucho más propensas que las mujeres blancas a alterar su cabello con fórmulas cargadas de químicos, que a veces incluyen carcinógenos conocidos como formaldehído y alquitrán de hulla.
Más recientemente, un estudio de 2020 publicado en The BMJ estableció que los tintes permanentes para el cabello estaban relacionados con el cáncer de mama, el cáncer de ovario y el carcinoma basal.
Sin embargo, los tintes temporales para el cabello no se asociaron con el riesgo de cáncer, y los tintes permanentes no parecieron aumentar el riesgo de otros tipos de cáncer.
Una limitación de este estudio es que incluyó principalmente a mujeres blancas, todas ellas profesionales de la salud, por lo que no está claro si los resultados se aplican a otros datos demográficos.
También hay muchas cosas que todavía no sabemos sobre cómo la frecuencia de exposición podría marcar la diferencia en los riesgos para la salud de los tintes para el cabello, o incluso qué tipos podrían ser los culpables.
Los investigadores concluyeron que se necesitaba más investigación para comprender quiénes podrían estar en riesgo y cuán preocupados deberíamos estar.
3. Un elevado número de parejas sexuales e infecciones de transmisión sexual
Un estudio de 2020 ha establecido que tener un mayor número de parejas sexuales puede, en algunos casos, estar relacionado con un mayor riesgo de cáncer.
En concreto, las personas con 10 o más parejas sexuales en su vida tienen más probabilidades de desarrollar cáncer, según los investigadores.
Lo más probable es que esto se explique en parte por el hecho de que más parejas aumentan las posibilidades de estar expuesto a una infección de transmisión sexual. Ciertos tipos, como el virus del papiloma humano o VPH, están asociados con cánceres de genitales o garganta.
Las mujeres en particular tienen un mayor riesgo de cáncer si tienen más parejas, probablemente porque el VPH es una de las principales causas de cáncer de cuello uterino.
Sin embargo, el estudio concluyó que el mayor riesgo no se limitaba a estos tipos de cánceres. Las personas con 10 o más parejas tenían un mayor riesgo de cáncer de cualquier tipo, lo que sugiere que otros factores pueden influir. Los factores del estilo de vida, como la dieta, el ejercicio, el alcohol y el tabaco, también están relacionados con el riesgo de cáncer.
Sin embargo, los investigadores observaron solo a los británicos mayores de 50 años, utilizando datos de 1999 a 2001, por lo que no está claro si estos resultados se pueden extrapolar a una población más amplia.
4. Algunas pastillas para bajar de peso
En enero, la Administración de Medicamentos y Alimentos de EE.UU. (conocida en sus siglas en inglés como FDA) advirtió a los consumidores sobre el popular medicamento para bajar de peso Belviq después de que un ensayo de seguridad descubriera que estaba asociado con un mayor riesgo de cáncer.
El fabricante del medicamento, Eisai, retiró voluntariamente el producto en febrero. Sin embargo, señaló en la página web de Belviq, que su interpretación del ensayo de seguridad era diferente de la de la FDA y que la compañía creía que el producto aún tenía más beneficios que riesgos.
El medicamento, que fue aprobado en 2012, fue diseñado para reducir el apetito al dirigirse a un área específica del cerebro.
No está claro si el medicamento era la causa directa del cáncer, por lo que la FDA señaló en su declaración inicial que continuaría evaluando los resultados del ensayo de seguridad y actualizando la información a los consumidores según sea necesario.
El retiro del mercado del medicamento puso bajo el foco las preocupaciones que existen alrededor de los medicamentos para bajar de peso, que históricamente han incluido sustancias con riesgos de adicción, incluidas las anfetaminas. Desde entonces, se han aprobado medicamentos con más precaución para tratar la obesidad; actualmente, la FDA solo ha dado el visto bueno a 4 medicamentos para ese uso.
5. El sedentarismo
La Asociación Estadounidense del Cáncer ya recomienda el ejercicio regular para reducir el riesgo de cáncer, pero una nueva investigación de este año indica que es aún más importante de lo que pensábamos.
Una nueva investigación en 2020 proporciona la evidencia más convincente hasta la fecha de que incluso los cambios menores en la rutina diaria pueden marcar una diferencia significativa en el riesgo de cáncer.
Un estudio de 8.000 personas estableció que los participantes que eran los menos activos tenían el mayor riesgo de contraer cáncer durante 5 años de seguimiento.
Estudios anteriores han descubierto resultados similares utilizando datos autoinformados, que pueden ser notoriamente poco fiables. Esta última investigación fue única porque utilizó un rastreador de actividad para medir cómo de sedentarios eran los participantes durante el período de estudio. Como resultado, los investigadores tenían más confianza en su conclusión de que un estilo de vida sedentario estaba relacionado con el riesgo de cáncer.
Incluso una pequeña cantidad de deporte, como caminar, reduce levemente el riesgo cáncer, según el estudio. Si hablamos de 30 minutos al día, la reducción del riesgo puede ser de un 30%.
Sin embargo, el estudio no proporcionó información sobre el tipo de cáncer con el que se asocia un estilo de vida sedentario, por lo que se necesita más investigación sobre ese y otros posibles riesgos para la salud de la inactividad.
6. El racismo
Ya sea protestando por la brutalidad policial o reconociendo que el COVID-19 ha afectado de manera desproporcionada a las comunidades de color, enfrentar el racismo ha sido un tema importante en 2020.
Sin embargo, también aparece en formas más sutiles. El racismo ambiental, por ejemplo, se refiere a la tendencia de las personas negras a verse afectadas de manera desproporcionada por los contaminantes en el aire, el agua, e incluso en sus hogares. La exposición a sustancias químicas tóxicas en la vida diaria está relacionada con múltiples tipos de cáncer, además de otros problemas de salud.
Quizás lo más insidioso es que el racismo también se observa en el sistema de salud de EEUU. Las personas de color tienen menos probabilidades de tener acceso a una atención de calidad y más probabilidades de desconfiar de la industria médica como resultado de injusticias pasadas.
Si bien esta no es información nueva, una investigación específica en 2020 arrojó datos concretos que examinan estas consecuencias del racismo médico. El hallazgo final es que los afroamericanos tienen más probabilidades de morir de formas tratables de cáncer. Por otro lado, si un paciente negro tiene acceso al tratamiento adecuado, sus posibilidades de supervivencia son las mismas que las de un paciente blanco.
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