Alimentos amigos del corazón
Nueces
El contenido graso de las nueces es muy cardiosaludable: es el único fruto seco que contiene una cantidad significativa de ácido alfalinolénico, el omega-3 esencial, y una proporción equilibrada con los omega-6.Cinco o seis nueces diarias constituyen la dosis óptima para prevenir las enfermedades coronarias. Además aportan el 30% de la antioxidante vitamina E que se necesita al día.
Peras
Constituyen un gran aliado frente a la hipertensión arterial dadas sus propiedades diuréticas, que deben a su abundante potasio (128 mg) y su escaso contenido en sodio (2 mg/100 g).Su fibra soluble, además, mejora los niveles de glucosa en la sangre y reduce la absorción del colesterol.Remineralizantes y refrescantes, las peras están constituidas por agua en un 85% y, por tanto, resultan muy ligeras (46 calorías/100 g).
Anacardo
Este fruto seco es muy rico en vitaminas del grupo B, que ayudan a combatir el estrés y sus efectos negativos sobre el sistema cardiovascular. Destacan los 267 mg de magnesio por cada 100 g, un nutriente imprescindible para la relajación de la musculatura cardiaca. Sus grasas insaturadas –mejor tomarlos crudos– ayudan a reducir el colesterol, protegen el corazón y previenen las enfermedades coronarias.
Aceite de oliva
El consumo habitual de aceite de oliva de primera presión en frío reduce la formación de coágulos en la sangre, controla el nivel de colesterol al incidir en el aumento del HDL (colesterol beneficioso), evita la oxidación de las lipoproteínas, previene el estreñimiento y favorece el buen funcionamiento del hígado.Se ha demostrado su eficacia en la reducción de la arteriosclerosis y del riesgo de sufrir una angina de pecho o un infarto.
Pomelo
Rico en potasio y pobre en sodio, resulta interesante para personas que padecen hipertensión. Contiene además vitamina C y el flavonoide naringina, de propiedades fluidificantes de la sangre, antioxidantes y anticancerígenas. Ejerce una acción protectora sobre las paredes de las arterias al evitar que se endurezcan a causa de los depósitos de colesterol. Su fibra, sobre todo si se come la fruta entera, ayuda también a reducir la absorción de las grasas. Y su suave efecto diurético contribuye a descongestionar el sistema circulatorio.
Salvado de avena
Nutricionalmente muy completa, la avena supera con creces a otros cereales más populares, tanto por su aporte de proteínas (13,8%) como de grasas saludables. Además, contiene betaglucanos, una fibra de tipo soluble que reduce la absorción del colesterol.Consumir 40 g de salvado de avena (la cáscara) al día baja el colesterol en unas semanas. Lo hay muy fino para disolverlo con facilidad.
Cebolla y ajo
Son auténticos tesoros para la salud cardiovascular: fluidifican la sangre, previenen la arteriosclerosis y mejoran la circulación en las arterias coronarias.Destacan las propiedades del ajo para combatir la hipertensión y reducir el colesterol. La cebolla posee flavonoides antioxidantes, es diurética y ayuda a disminuir los triglicéridos.Ambos bulbos deben comerse crudos para aprovechar mejor sus propiedades medicinales.
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