Como presentar los principios de la reforma pro salud - Consejo Sobre el Régimen Alimenticio por: Elena G. White

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Mantened en vista el gran objeto de la reforma

789. Se nota gran falta de instrucción respecto a la reforma dietética. A los malos hábitos en el comer y al consumo de manjares malsanos se debe gran parte de la intemperancia, los crímenes y la miseria que azotan al mundo. CRA 550.1
Al enseñar los principios que rigen la salud, téngase presente el gran objeto de la reforma, que es obtener el mayor desenvolvimiento del cuerpo, la mente y el espíritu. Demuéstrese que las leyes de la naturaleza, por ser leyes de Dios, fueron establecidas para nuestro bien; que la obediencia a ellas favorece la felicidad en esta vida, y contribuye a preparar para la vida futura. CRA 550.2
Indúzcase a la gente a que estudie la manifestación del amor de Dios y de su sabiduría en las obras de la naturaleza. Indúzcasela a que estudie el maravilloso organismo del cuerpo humano y las leyes que lo rigen. Los que disciernen las pruebas del amor de Dios, que entienden algo de la sabiduría y el buen propósito de sus leyes, así como de los resultados de la obediencia, llegarán a considerar sus deberes y obligaciones desde un punto de vista muy diferente. En vez de ver en la observancia de las leyes de la salud un sacrificio y un renunciamiento, la tendrán por lo que es en realidad: un inapreciable beneficio. CRA 550.3
Todo obrero evangélico debe comprender que la enseñanza de los principios que rigen la salud forma parte de la tarea que se le ha señalado. Esta es muy necesaria y el mundo la espera.—El Ministerio de Curación, 105 (1905). CRA 550.4
790. Las exigencias de Dios deben estamparse en la conciencia. Hombres y mujeres deben despertar y sentir su obligación de dominarse a sí mismos, su necesidad de ser puros y libertados de todo apetito depravante y de todo hábito envilecedor. Han de reconocer que todas las facultades de su mente y de su cuerpo son dones de Dios, y que deben conservarlas en la mejor condición posible para servirle.—El Ministerio de Curación, 92 (1905). CRA 551.1

Seguid los métodos del salvador

791. Sólo el método de Cristo será el que dará éxito para llegar a la gente. El Salvador trataba con los hombres como quien deseaba hacerles bien. Les mostraba simpatía, atendía a sus necesidades y se ganaba su confianza. Entonces les decía: “Seguidme”. CRA 551.2
Es necesario acercarse a la gente por medio del esfuerzo personal. Si se dedicara menos tiempo a sermonear y más al servicio personal, se conseguirían mayores resultados. Hay que aliviar a los pobres, atender a los enfermos, consolar a los afligidos y dolientes, instruir a los ignorantes y aconsejar a los inexpertos. Hemos de llorar con los que lloran y regocijarnos con los que se regocijan. Acompañada del poder de persuasión, del poder de la oración, del poder del amor de Dios, esta obra no será ni puede ser infructuosa. CRA 551.3
Hemos de recordar siempre que el objeto de la obra misionera médica consiste en dirigir a los enfermos del pecado hacia el Mártir del Calvario, que quita el pecado del mundo. Contemplándole, se transmutarán a su semejanza. Debemos animar al enfermo y al doliente a que miren a Jesús y vivan. Pongan los obreros cristianos a Cristo, el divino Médico, en la continua presencia de aquellos a quienes desalentó la enfermedad del cuerpo y del alma. Dirijan sus miradas hacia Aquel que puede sanar la enfermedad física y la espiritual. Háblenles de Aquel que se compadece de sus flaquezas. Persuádanles a que se entreguen al cuidado de Aquel que dio su vida para que ellos puedan obtener vida eterna. Háblenles de su amor, del poder que tiene para salvar.—El Ministerio de Curación, 102, 103 (1905). 

Usad de tacto y cortesía

792. En todo vuestro trabajo, recordad que estáis unidos con Cristo y que sois parte del gran plan de la redención. El amor de Cristo debe fluir por vuestra conducta como un río de salud y vida. Mientras procuráis atraer a otros al círculo del amor de Cristo, la pureza de vuestro lenguaje, el desprendimiento de vuestro servicio, y vuestro comportamiento gozoso han de atestiguar el poder de su gracia. Dad al mundo una representación de Cristo tan pura y justa, que los hombres puedan contemplarle en su hermosura. CRA 552.1
Poca utilidad tiene el intento de reformar a los demás atacando de frente lo que consideremos malos hábitos suyos. Tal proceder resulta a menudo más perjudicial que benéfico. En su conversación con la samaritana, en vez de desacreditar el pozo de Jacob, Cristo presentó algo mejor. “Si conocieses el don de Dios—dijo—, y quién es el que te dice: Dame de beber: tú pedirías de él, y él te daría agua viva”. Juan 4:10. Dirigió la plática al tesoro que tenía para regalar y ofreció a la mujer algo mejor de lo que ella poseía: el agua de vida, el gozo y la esperanza del Evangelio. CRA 552.2
Esto ilustra la manera en que nos toca trabajar. Debemos ofrecer a los hombres algo mejor de lo que tienen, es decir la paz de Cristo, que sobrepuja todo entendimiento. Debemos hablarles de la santa ley de Dios, trasunto fiel de su carácter y expresión de lo que él desea que lleguen a ser... CRA 552.3
De todos los habitantes del mundo, los reformadores deben ser los más abnegados, bondadosos y corteses. En su vida debe manifestarse la verdadera bondad de las acciones desinteresadas. El que al trabajar carece de cortesía, que se impacienta por la ignorancia y aspereza de otros, que habla descomedidamente u obra atolondradamente, puede cerrar la puerta de los corazones de modo que nunca podrá llegar a ellos.—El Ministerio de Curación, 113, 114 (1905). 

La reforma en el régimen alimenticio debe ser progresiva

793. Desde el comienzo de la reforma pro salud, hemos encontrado que era necesario educar, educar y educar. Dios desea que continuemos esta obra... CRA 553.2
Al enseñar la reforma pro salud, como en toda otra obra evangélica, debemos tener en cuenta la situación de la gente. Hasta que podamos enseñarle a preparar alimentos saludables, apetitosos, nutritivos, y sin embargo, poco costosos, no estamos libres para presentar los principios más adelantados de la alimentación saludable.CRA 553.3
Sea progresiva la reforma alimenticia. Enséñese a la gente a preparar alimentos sin mucho uso de leche o mantequilla. Expliquémosle que llegará pronto el tiempo en que será peligroso usar huevos, leche, crema o mantequilla, porque las enfermedades aumentan proporcionalmente a la maldad que reina entre los hombres. Se acerca el tiempo en que, debido a la iniquidad de la especie caída, toda la creación animal gemirá bajo las enfermedades que azotan nuestra tierra. CRA 553.4
Dios dará a su pueblo capacidad y tacto para preparar alimentos sanos sin aquellas cosas. Descarte nuestro pueblo todas las recetas malsanas. Aprenda a vivir en forma saludable y enseñe a otros lo que aprendió. Sepa impartir este conocimiento como impartiría la instrucción bíblica. Enseñe a la gente a conservar la salud y aumentar su vigor, evitando mucho del arte culinario que ha llenado el mundo con inválidos crónicos. Por precepto y ejemplo demuestre claramente que el alimento que Dios dio a Adán en su estado sin pecado es el mejor para el consumo del hombre que procura recuperar ese estado sin pecado.—Joyas de los Testimonios 3:136, 138, 139 (1902). CRA 553.5
Los que enseñan los principios de la reforma pro salud deben comprender la enfermedad y sus causas, y deben entender que toda acción del agente humano debe estar en perfecta armonía con las leyes de la vida. La luz que Dios ha dado con respecto a la reforma pro salud es para nuestra salvación y la salvación del mundo. Los hombres y las mujeres deben ser informados con respecto a la habitación humana preparada por nuestro Creador como su lugar de morada, y sobre la cual él desea que seamos fieles mayordomos. “Porque vosotros sois el templo del Dios viviente, como Dios dijo: Habitaré y andaré entre ellos, y seré su Dios, y ellos serán mi pueblo”. 2 Corintios 6:16. CRA 554.1
Sostened los principios de la reforma pro salud, y permitid que el Señor guíe a los honrados de corazón. Presentad los principios de la temperancia en su forma más atractiva. Haced circular libros que den instrucción con respecto a una vida sana.—Testimonies for the Church 7:136 (1902). CRA 554.2
La influencia de nuestras publicaciones sobre la salud
La gente se halla en una triste necesidad de la luz que sale de las páginas de nuestros libros y revistas sobre la salud. Dios desea usar estos libros y revistas como medios para hacer brillar la luz que llame la atención del pueblo, y le haga prestar atención a las amonestaciones del mensaje del tercer ángel. Nuestras revistas sobre salud son instrumentos en el campo para hacer una obra especial en la difusión de la luz que los habitantes del mundo deben tener en estos días de preparación divina. Ellas poseen una indecible influencia en interés de la reforma en pro de la salud, la temperancia y la pureza social, y realizarán mucho bien en la presentación de estos temas de una manera debida y en su verdadera luz ante el pueblo. 

Folletos sobre la reforma pro salud

794. Debe haber más esfuerzos fervorosos hechos para iluminar al pueblo sobre el gran tema de la reforma pro salud. Folletos de cuatro, ocho, doce, dieciséis páginas y más, que contengan artículos agudos, bien escritos sobre este gran asunto, deben esparcirse como las hojas del otoño.—The Review and Herald, 4 de noviembre de 1875. CRA 555.1
[Debe enseñarse a los pacientes en los sanatorios por medio de disertaciones en la sala—426] CRA 555.2
[Debe enseñarse a los pacientes en los sanatorios el régimen correcto por medio de una mesa debidamente provista—442, 443] CRA 555.3
[Debe enseñarse temperancia a los pacientes de los sanatorios—474] CRA 555.4

Manejad con sabiduría el asunto de la carne

795. En este país [Australia] existe una sociedad vegetariana organizada, pero el número de sus miembros es comparativamente pequeño. Entre la gente en general, la carne es usada mayormente por todas las clases. Es el artículo de alimentación más barato; y aun donde abunda la pobreza, se encuentra la carne sobre la mesa. Por lo tanto existe mayor necesidad de manejar con sabiduría el asunto de comer carne. Con respecto a este problema no debe haber movimientos bruscos. Debemos considerar la situación de la gente, y el poder de hábitos y prácticas que datan de toda la vida, y debemos ser cuidadosos para no imponer nuestras ideas a los demás, como si este asunto fuera una “prueba de discipulado”, y como si los que se alimentan especialmente de carne fueran los mayores pecadores. CRA 555.5
Todos deben tener la luz en este asunto, pero preséntesela cuidadosamente. Hábitos que durante toda la vida se pensó que eran correctos no han de ser cambiados por medidas drásticas o bruscas. Debemos educar a la gente en nuestros congresos campestres y en otras grandes asambleas. Aunque deben presentarse los principios de la reforma pro salud, la enseñanza debe respaldarse con el ejemplo. No se incluya ninguna clase de carne en nuestros restaurantes o comedores en los congresos, y reemplácese ésta con frutas, cereales y vegetales. Debemos practicar lo que enseñamos. Cuando nos sentamos a una mesa donde se proporciona carne, no hemos de atacar a los que la emplean, pero nosotros mismos debemos dejarla a un lado, y cuando se nos pregunta la razón por la cual hacemos esto, debemos explicar de manera amable por qué no la usamos.—Carta 102, 1896. CRA 556.1

Tiempo para guardar silencio

796. Nunca he sentido que era mi deber decir que nadie debe probar la carne bajo ninguna circunstancia. Decir esto cuando la gente ha sido enseñada a vivir a base de carne en gran medida, sería llevar las cosas a los extremos. Nunca he sentido que era mi deber hacer declaraciones categóricas. Lo que he dicho lo he dicho dominada por un sentido del deber, pero he sido cuidadosa en mis declaraciones, porque no quería dar ocasión para que nadie fuera conciencia de otra persona... CRA 556.2
He estado pasando por una experiencia en este país que es similar a la experiencia que tuve en campos nuevos en los EE. UU. He visto familias cuyas circunstancias no les permitirían surtir su mesa con alimentos sanos. Vecinos no creyentes les han enviado porciones de carnes de animales recientemente sacrificados. Han hecho sopa con la carne, proporcionando a sus grandes familias de niños comidas a base de pan y sopa. No era mi deber, ni creía que era el deber de ninguna otra persona, sermonearlos acerca de los males de comer carne. Siento sincera piedad por las familias que acaban de aceptar la fe, y que están tan presionadas por la pobreza que no saben de dónde saldrá su próxima comida. No es mi deber darles un discurso acerca de la forma sana de comer. Hay un tiempo para hablar, y hay un tiempo para guardar silencio. La oportunidad constituida por circunstancias de este orden es la de hablar palabras que animen y bendigan en vez de condenar y reprobar. Los que han vivido a base de un régimen de carne toda su vida no ven el mal de continuar en esa práctica, y deben ser tratados con ternura.—Carta 76, 1895. CRA 556.3
797. Mientras combatimos la glotonería y la intemperancia, debemos tener en cuenta las condiciones a las que la familia humana está sujeta. Dios ha suplido las necesidades de los que viven en las diferentes partes del mundo. Los que quieran colaborar con Dios deben reflexionar con cuidado antes de especificar qué alimentos deben consumirse o dejarse a un lado. Es necesario tratar con las poblaciones. Si la reforma pro salud se enseñara en su forma extrema a los que no pueden adoptarla por las circunstancias especiales en que se encuentran, de ello resultaría más mal que bien. Se me ha encargado que mientras predico el Evangelio a los pobres les aconseje que coman lo que es más nutritivo. No puedo decirles: “No debéis comer huevos ni leche ni crema; no debéis usar mantequilla al preparar vuestros alimentos”. El Evangelio debe ser predicado a los pobres, pero todavía no ha llegado el momento de prescribir el régimen más estricto.—Joyas de los Testimonios 3:363 (1909). 

Un método erróneo de trabajar

798. No os aferréis a ideas aisladas ni hagáis de ellas pruebas, criticando a otros cuya práctica pueda no concordar con vuestra opinión; sino estudiad el tema en forma amplia y profunda, y tratad de poner vuestras ideas y prácticas en perfecta armonía con los principios de la verdadera temperancia cristiana. CRA 558.1
Hay muchos que tratan de corregir las vidas de otros atacando lo que ellos consideran como hábitos erróneos. Van a quienes piensan ellos que están en error, y les señalan el defecto, pero no tratan de dirigir la mente hacia los verdaderos principios. Tal conducta a menudo dista mucho de obtener los resultados debidos. Cuando hacemos evidente el hecho de que estamos tratando de corregir a otros, también despertamos su combatividad, y hacemos más mal que bien. Existe también peligro para el que reprocha. El que se arroga la tarea de corregir a otros, está propenso a cultivar el hábito de encontrar faltas, y pronto todo su interés consistirá en buscar faltas y encontrar defectos. No vigiléis a otros para buscar sus faltas o exponer sus errores. Educadlos en los mejores hábitos por el poder de vuestro propio ejemplo. CRA 558.2
Recuérdese siempre que el gran objeto de la reforma higiénica es asegurar el más elevado desarrollo de la mente, del alma y del cuerpo. Todas las leyes de la naturaleza—que son las leyes de Dios—han sido hechas para nuestro bien. La obediencia a las mismas promoverá nuestra felicidad en esta vida, y nos ayudará en la preparación para la vida por venir. CRA 558.3
Hay algo mejor acerca de lo cual hablar que las faltas y debilidades de los demás. Hablad de Dios y de sus obras maravillosas. Estudiad las manifestaciones de su amor y sabiduría en todas las obras de la naturaleza.—Christian Temperance and Bible Hygiene, 119, 120 (1890). 

Enseñad por medio del ejemplo

799. En nuestro trato con los incrédulos, no permitamos que nos desvíen de los principios correctos. Al sentarnos a sus mesas, comamos con templanza, y únicamente alimentos que no confundan nuestra mente. Evitemos la intemperancia. No podemos debilitar nuestras facultades mentales o físicas, e incapacitarnos para discernir las cosas espirituales. Mantengamos nuestra mente en tal condición que Dios pueda inculcarle las preciosas verdades de su Palabra... No vigilemos a los demás para señalarles sus faltas o errores. Enseñemos por el ejemplo. Sean nuestra abnegación y nuestra victoria sobre el apetito una ilustración de cómo se obedece a los principios correctos. Dejemos que nuestra vida dé testimonio de la influencia santificadora y ennoblecedora de la verdad.—Joyas de los Testimonios 2:551, 552 (1900). 

Presentad la temperancia en su forma más atractiva

800. El Señor desea que cada ministro, cada médico, cada miembro de la iglesia, sea cuidadoso para no imponer a los que ignoran nuestra fe cambios repentinos en el régimen, poniéndolos de esta manera en una prueba prematura. Sostened los principios de la reforma pro salud, y dejad que el Señor guíe a los honestos de corazón. Ellos oirán y creerán. El Señor no pide que sus mensajeros presenten las hermosas verdades de la reforma pro salud de una manera que perjudicará las mentes de otros. Que nadie coloque piedras de tropiezo delante de otros que transitan por las oscuras sendas de la ignorancia. Aun para alabar algo bueno, es conveniente que no sean demasiado entusiastas, no sea que desviemos del camino a quienes vengan a escuchar. Presentad los principios de la temperancia en su forma más atractiva. CRA 559.2
No debemos movernos en forma presuntuosa. Los obreros que entran en nuevos territorios para levantar iglesias no deben crear dificultades intentando hacer prominente el asunto del régimen. Deben ser cuidadosos para no trazar las líneas en forma demasiado precisa. Así se pondrán impedimentos en el camino de los demás. No empujéis a la gente. Guiadla yendo vosotros delante. Predicad la Palabra como es en Cristo Jesús... Los obreros deben poner a contribución esfuerzos resueltos y perseverantes, recordando que no todo puede aprenderse a la vez. Ellos deben tener una definida y paciente determinación a enseñar al pueblo.—Carta 135, 1902. CRA 560.1
801. ¿No recordáis que tenemos que dar cuenta individualmente ante Dios? No hacemos de los artículos del régimen alimenticio una piedra de toque, pero tratamos de educar el intelecto, y de despertar la sensibilidad moral para aferrarse a la reforma pro salud de una manera inteligente, como Pablo la presenta en. Romanos 13:8-141 Corintios 9:24-271 Timoteo 3:8-12.—Manuscrito 1a, 1890. 

Encontrad a la gente donde está

802. En una oportunidad Sara [McEnterfer] fue llamada a visitar a una familia que vivía en Dora Creek, en la cual todos los miembros de la casa estaban enfermos. El padre pertenecía a una familia muy respetable, pero había empezado a beber, y su esposa y sus hijos se hallaban en gran necesidad. En este tiempo de enfermedad no había en la casa nada adecuado para comer. Y ellos rehusaron comer nada que nosotros les lleváramos. Habían estado acostumbrados a la carne. Creímos que debía hacerse algo. Le dije a Sara: “Saque algunos pollos de mi casa y prepáreles un poco de sopa”. De esta manera les trató su enfermedad y los alimentó con esta sopa. Pronto se recuperaron. CRA 560.3
Ahora bien, esta es la conducta que seguimos. No les dijimos a la gente: No deben comer carne. Aunque nosotros mismos no usábamos carne, cuando pensábamos que era esencial para esa familia en su tiempo de enfermedad, les dimos lo que creíamos que necesitaban. Hay ocasiones en que debemos encontrar a la gente donde está. El padre de esta familia era un hombre inteligente. Cuando la familia se recuperó, les abrimos las Escrituras, y este hombre se convirtió, y aceptó la verdad. Se deshizo de su pipa y abandonó el uso de la bebida, y desde ese tiempo, mientras vivió, ni fumó ni bebió. Tan pronto como fue posible, los llevamos a nuestra granja y les dimos trabajo en el campo. Mientras estábamos lejos asistiendo a reuniones en Newcastle, este hombre murió. Algunos de nuestros obreros le proporcionaron tratamientos cuidadosos, pero el cuerpo del cual se había abusado por largo tiempo no pudo responder a sus esfuerzos. Pero murió como cristiano y como un observador de los mandamientos.—Carta 363, 1907. 

Haciendo frente a puntos de vista extremos—Una declaración histórica*

803. Cuando regresamos de Kansas en el otoño de 1870, el Hno. B _____ estaba en casa enfermo con fiebre... y su caso era crítico... CRA 561.2
No había período de descanso para nosotros, por mucho que lo necesitáramos. La Review, el Reformer, y el Instructor debían ser editados. [Sus redactores estaban todos enfermos en esa oportunidad.]... Mi esposo comenzó su trabajo y yo lo ayudaba en lo que podía... CRA 561.3
La revista Reformer estaba casi muerta. El Hno. B. había insistido en las posiciones extremas del Dr. Trall. Esto había influido en el doctor para que presentara con mayor fuerza de lo que lo hubiera hecho de otra manera, la idea de descartar la leche, el azúcar y la sal. La posición de abandonar totalmente el uso de estas cosas puede ser correcta en su orden; pero no había llegado el tiempo para adoptar una resolución general sobre estos puntos. Y aquellos que toman una resolución, y abogan por el abandono completo de la leche, la manteca y el azúcar, deben tener sus propias mesas libres de estas cosas. El Hno. B _____, aun cuando asumía su posición en el Reformer junto con el Dr. Trall con respecto a los efectos perniciosos de la sal, la leche y el azúcar, no practicaba las cosas que enseñaba. Sobre su propia mesa estas cosas se usaban todos los días. CRA 561.4
Muchos de nuestros hermanos habían perdido su interés en el Reformer, y todos los días se recibían cartas con este pedido desanimador: “Por favor suspenda mi suscripción a el Reformer”... No podíamos despertar interés en ninguna parte en el Oeste para obtener suscriptores a la revista Health Reformer. Vimos que los escritores del Reformer se estaban alejando del pueblo, y dejándolo a éste atrás. Si nosotros tomamos posiciones que cristianos concienzudos, quienes son en realidad reformadores, no pueden adoptar, ¿cómo podemos esperar beneficiar a la clase a la cual podemos alcanzar solamente desde el punto de vista de la salud?—Testimonies for the Church 3:18-21 (1870). CRA 562.1
La paciencia, el cuidado y la consecuencia son necesarios en los movimientos de reforma
No debemos ir más rápido que lo que nos permita llevar con nosotros a aquellos cuya conciencia e intelecto están convencidos de las verdades que defendemos. Debemos encontrar a la gente donde está. A algunos de nosotros nos ha tomado años llegar a nuestra posición actual en la reforma pro salud. Es una tarea lenta la de obtener una reforma en el régimen. Tenemos apetitos poderosos a los cuales hacer frente; porque el mundo está dado a la glotonería. Si quisiéramos conceder al pueblo tanto tiempo como el que nosotros mismos hemos necesitado para llegar hasta nuestro presente estado avanzado en la reforma, seríamos muy pacientes con él, y le permitiríamos avanzar paso tras paso, como nosotros lo hemos hecho, hasta que sus pies estén firmemente establecidos en la plataforma de la reforma pro salud. Pero debemos ser muy cautos para no avanzar demasiado rápidamente, no sea que nos veamos obligados a volver sobre nuestros pasos. En materia de reforma, mejor es que lleguemos al punto donde nos falte un paso para alcanzar el blanco que excedernos un paso de él. Y si hay alguna clase de error, sea ésta hacia el lado del pueblo. CRA 562.2
Por encima de todas las cosas no debemos defender con la pluma posiciones que no practicamos en nuestras propias familias, en nuestras propias mesas. Hacerlo sería incurrir en una simulación, en una especie de hipocresía. En Míchigan podemos pasarlo bien sin sal, azúcar ni leche; mejor que muchos que están situados en el Oeste o en el Este, donde hay escasez de frutas... Sabemos que el uso liberal de estas cosas es positivamente perjudicial para la salud, y en muchos casos creemos que si no se usaran del todo, se disfrutaría de una salud mucho mejor. CRA 563.1
Pero actualmente nuestra preocupación no se concentra en estas cosas. La gente está tan atrasada que, según vemos, todo lo que puede soportar es que tracemos la línea que señala sus complacencias perjudiciales y los narcóticos estimulantes. Presentamos un testimonio positivo en contra del tabaco, las bebidas alcohólicas, el rapé, el té, el café, las carnes, la mantequilla, las especias, las tortas concentradas, los pasteles rellenos, las cantidades grandes de sal, y todas las sustancias excitantes utilizadas como artículos de alimentación. CRA 563.2
Y si vamos a personas que no han sido iluminadas con respecto a la reforma pro salud, y presentamos nuestras posiciones más fuertes al comienzo, hay peligro de que se desanimen cuando ven cuánto tienen que abandonar, de tal suerte que no harán ningún esfuerzo para reformarse. Debemos guiar a la gente a lo largo del camino con paciencia y en forma gradual, recordando la profundidad del pozo del cual hemos sido rescatados. 

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