Señales De Que Estás Comiendo Demasiado Azúcar y sus consecuencias sobre tu salud
Las 15 consecuencias del consumo de azúcar sobre nuestra salud
Hace tiempo que se alerta de los daños que supone para la salud humana el consumo excesivo de azúcar. Varios estudios realizados por diferentes organizaciones y países coinciden en destacar las 15 peores consecuencias de tomar demasiado azúcar, informa el portal 'Business Insider'.
1. Deterioro de las cavidades dentales. Las responsables del deterioro de los dientes son las bacterias que se alimentan de los azúcares simples, los llamados monosacáridos, y producen el ácido que a su vez destruye el esmalte dental, ha explicado Carole Palmer, profesora de la Escuela de Medicina Dental de la Universidad Tufts (EE.UU.) al periódico 'The New York Times'.
2. Hambre descontrolada. Los científicos estadounidenses han demostrado tras realizar varios estudios que la fructosa (un tipo de azúcar) influye en la leptina, una hormona que controla la sensación de hambre. El consumo crónico de fructosa provoca resistencia a la leptina, lo que contribuye a que una persona pierda el control sobre el hambre, indica 'Business Insider'.
3. Aumento de peso. Varios estudios manifiestan que las comidas ricas en azúcares también es rica en calorías, pero tiene poca capacidad para saciar el hambre. Contrariamente, los productos que contienen pocos azúcares contribuyen a que el organismo experimente cambios. Según ellos, a las personas que desean perder peso se les aconseja empezar por reducir el consumo de alimentos altos en azúcar, aunque los científicos también coinciden en que la obesidad es una enfermedad multifacética y que no solo el consumo excesivo de azúcares contribuye a su desarrollo.
4. Los azúcares causan que el organismo exija más insulina, una hormona que se encarga de transformar los alimentos en energía. Una vez aumentado el nivel de insulina, provoca la resistencia del organismo hacia esta, de manera que en la sangre empieza a formarse glucosa, el factor principal que desencadena la obesidad, informa el portal Diabetes.co.uk.
5. Diabetes. El principal factor causante de la diabetes es el consumo de refrescos, bebidas energéticas, gaseosas y limonadas. Las personas que consumen diariamente una o dos latas de estas bebidas corren un riesgo mucho más alto de desarrollar enfermedades como la diabetes de tipo 2.
6. Obesidad. Aparte de la diabetes, el consumo de refrescos, al ser ricos en azúcar, también provoca el aumento de peso.
7. Esteatosis hepática o hígado graso. La razón por la cual el hígado se ve sobrecargado es que es el único órgano responsable de metabolizar la fructosa; por eso, cuanta más fructosa se acumule más trabajo habrá para el hígado. El exceso de fructosa lleva el hígado a desarrollar esteatosis hepática incluso en personas que nunca han abusado de las bebidas alcohólicas.
8. Cáncer de páncreas. El cáncer de páncreas, uno de los cánceres más mortíferos, puede ser consecuencia del sobreconsumo de azúcar.
9. Insuficiencia renal crónica. La enfermedad renal crónica es una pérdida progresiva e irreversible de las funciones renales. Aunque la incidencia del azúcar en el surgimiento de esta enfermedad sea una hipótesis, el estudiorealizado por David A. Shoham, de la Universidad Loyola Chicago (EE.UU.), ha revelado que el consumo de refrescos ricos en azúcar podría causar albuminuria. La albuminuria es un proceso patológico manifestado por la presencia de albúmina (una proteína) en la orina, lo que evidencia fallos en el funcionamiento de los riñones.
10. Hipertensión arterial. El consumo diario de 74 gramos de azúcar (fructosa) podría estar relacionado con el riesgo de sufrir hipertensión arterial, según el estudio realizado por Diana I. Jalal, de la Universidad de Colorado (EE.UU.).
11. El estudio realizado por los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (EE.UU.), que investigaron la reacción de 11.733 personas a la recepción de calorías provenientes del azúcar, ha revelado la relación existente entre el consumo de azúcar y el riesgo de aparición de enfermedades cardiovasculares.
12. Adicción. Estudios realizados en ratas han demostrado que el consumo de muchos azúcares provoca adicción en los animales, aunque aún no se ha comprobado si esta adicción también se desarrolla en los seres humanos.
13. La obesidad y la diabetes provocadas por el sobreconsumo de azúcar son los causantes principales del desarrollo de la disfunción cognitiva y la enfermedad de Alzheimer. Un estudio en humanos ha revelado que el alto nivel fructosa puede estar relacionado con el empeoramiento de la memoria y la reducción de la actividad del hipocampo.
14. Malnutrición. Las personas que extraen el 18% de sus calorías del consumo de azúcar sufren deficiencias de elementos imprescindibles para la salud como el ácido fólico, calcio, hierro y vitamina A y C.
15. Gota. Un estudio realizado en 2008 por el doctor estadounidense Hyon K Choi reveló que el consumo de refrescos y fructosa pueden causar gota, una enfermedad producida por la acumulación de ácido úrico en distintas partes del cuerpo, especialmente en las articulaciones, tejidos blandos y riñones.
4 trucos sencillos para desengancharse del azúcar
Una sesión de deporte larga y poco intensa ayuda. También hacer la compra con el estómago lleno. Cómo engañar a un cuerpo que pide azúcar sin parar
De los dulces se pueden decir bastantes cosas buenas. En general, están riquísimos. Bajo esa denominación extremadamente genérica (“los dulces”) cabe una cantidad casi inabarcable de productos, casi todos maravillosos tanto gustativa como estéticamente: del clásico bollo y las galletas a una ración de tarta o un donut de chocolate, cada variedad tiene su público. Y su temporada: en Semana Santa, torrijas, y en Reyes, roscón; por no hablar de las festividades patronales. Los postres alegran. Representan, además, y puesto que los dulces no crecen en los árboles, la culminación culinaria del ser humano como animal creativo: con un poco de harina, azúcar, mantequilla y alguna cosa más se hacen verdaderas obras de arte.
Pero los dulces también gozan de cierta mala fama, basada, por una parte, en la opinión de que uno puede vivir sin pepitos de crema ni brownies. Algunos lo ven como un signo de debilidad. Por esa razón en una comida de empresa todo el mundo pide de postre café solo. Lo dulce, para muchos, es ñoño, cursi. Cuando ven una película romántica dicen que es “empalagosa”, y seguramente están pensando en un trozo de turrón guirlache. Los amantes de la comida sana tampoco ven con buenos ojos su consumo desmedido, y en este caso no les falta razón. Una ingesta excesiva de azúcar puede ir asociado a problemas de obesidad y enfermedades cardiovasculares, según la OMS.
Un estudio de la EAE Business School publicado en octubre de 2013 revelaba que España es el segundo país del mundo con mayor consumo de bollería y pan: 48 kilos por habitante al año. Nos gustan los bollos, y quien más quien menos ha sentido alguna vez esa necesidad súbita de comer algo dulce porque se lo pide el cuerpo. “La principal razón por la que esto pasa es una fuerte bajada de nuestros niveles de azúcar en sangre debido a la reacción que provoca la insulina que segrega el páncreas”, explica la nutricionista Ana Checa, directora de varios centros en Alicante. “Dicho de otra manera, cuando comemos una comida rica en hidratos de carbono (pasta, arroz, pan, helados, bollería, pasteles, etc.), el cuerpo responde digiriendo y transportando estos azúcares por la sangre. Puesto que unos elevados niveles de azúcar sanguíneo son perjudiciales para el organismo, se activa el ciclo de la insulina pancreática para reducirlos. Por este motivo, se puede llegar a producir una drástica bajada de azúcar en sangre que al final es la responsable fisiológica, junto a otros factores psicológicos, de ese ataque que en ocasiones hacemos hacia los dulces”.
Para todos aquellos que sienten esa necesidad frecuentemente —los que nos consideramos “enganchados” al dulce—, la especialista Ana Checa aporta cuatro sencillos trucos para superar su dependencia.
- Engañe a su cerebro. Tenga siempre a mano alimentos que le puedan sacar del apuro en los momentos de crisis y le den gato por liebre a su mente sin alterar su glucemia. “Son un buen recurso los caramelos de sabores sin azúcar, los refrescos light o el chocolate de al menos 70 % de cacao”.
- Evite hacer la compra cuando tiene hambre. Está demostrado que bajar al súper con apetito implica llenar el carro de todo aquello que le entra por los ojos, incluidos chocolates, bollos y es posible que hasta milhojas. Haga la compra bien comido, confeccione una lista y diga no a las improvisaciones. “Sin los citados manjares en casa, las probabilidades de picar son mucho menores”, dice Ana Checa.
- Elabore recetas caseras con “trampa”. ¿Es fanático del flan? ¿Se pirra por un buen bizcocho? Pues métase en la cocina y prepáreselo usted mismo. “Basta con sustituir los ingredientes más ricos en azúcares por otros con ausencia o reducción importante de los mismos”, precisa la nutricionista. Los edulcorantes y variedades de alimentos sin azúcar (galletas, mermelada…) serán sus grandes aliados.
- Manténgase ocupado y activo. Si nuestra ansia de azúcar nos llega mientras estamos atareados en algo, nos será más sencillo obviarla. En este sentido, la especialista recomienda la actividad física: “Preferiblemente de carácter aeróbico, es decir, de media/larga duración y baja/media intensidad, ya que favorecerá la activación de vías energéticas lipolíticas (grasas) de manera que ayudará igualmente a no alterar excesivamente los valores de azúcar en sangre. Algo que sí pasaría después de una sesión corta y extenuante”, explica.
Hablamos siempre de una dependencia en el sentido figurado, porque como detalla Nuria Guillén, dietista-nutricionista del hospital San Joan de Reus y profesora en la Universidad de Tarragona, no existen estudios que avalen que el azúcar sea adictivo. "Si no seguimos una dieta equilibrada que contenga un 50 % de hidratos de carbono, puede que nuestro cuerpo sí que sufra disminución de azúcar en sangre y que se traslade con síntomas como hambre por comer cosas más dulces", añade. Así, por tanto, no conviene abusar de los hidratos, pero ni mucho menos descartarlos. Continúa Guillén: "Hay dietas hipocalóricas en las que casi no existen los hidratos de carbono del tipo de los cereales, pan, pasta, arroz y legumbres, pero si se siguen durante mucho tiempo, pueden desencadenar en una ansiedad por alimentos dulces que se absorben más rápidamente". Hay situaciones especiales, como la menstruación, donde los cambios hormonales provocan en la mujer más ganas de comer dulce. "Pero no lo pide el cerebro directamente", matiza la experta: "El dulce es agradable para el paladar humano, y una manera de paliar situaciones de estrés o desánimo, por el placer que genera".
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