Te engañan con la comida 'falsa' Nuevo “Negocio” del Crimen Organizado
Huevos, leche, pescado, miel... Piensas que estás comprando productos verdaderos, pero solo son copias baratas que pagas como si fueras reales. Así te está 'timando' la industria alimentaria
La realidad vuelve a superar a la ficción. ¿Recuerdas ese capítulo de 'Los Simpson' en el que comienzan a vender leche de rata como si fuese de vaca? Pues algo parecido está ocurriendo en los supermercados de todo el mundo. Ahora tienes dos opciones: no creerte lo que te contamos o ir corriendo a tu frigorífico y vaciar todo como un loco desquiciado.
Si te decantas por la primera opción, desconfiado de ti, aquí tienes unos datos de un estudio llevado a cabo por la Asociación General de Consumidores, que determinó que, de media, un consumidor había gastado de media 105,4 euros en alimentos y bebidas falsificadas en el año 2013. De toda esta comida, el 6,9% no era verdadera.
Si ya habías decidido vaciar tu nevera, o si lo acabas de pensar, frena. A continuación, tienes los alimentos que más te cuelan y algunos consejos sobre cómo evitar volver a caer en la trampa.
Aceite de oliva
Una gran parte del aceite de oliva que se consume en el mundo no es tal. Se vende como si fuese 'oro líquido' cuando en realidad es aceite de girasol, aguacate, maíz, avellana o de palma mezclado con aromatizantes y colorantes. Las noticias sobre incautaciones de las falsificaciones de este producto no dejan de sucederse, sobre todo en nuestro país. Una de las últimas fue llevada a cabo por parte de la Guardia Civil en Jaén Granada y Códoba, donde se retiraron 120 toneladas de aceites diversos para ser mezclados y después vendidos como aceite de oliva.
Leche
Pescado
El pescado en España es otro de los alimentos más falsificados. Un estudio de la Universidad CEU San Pablo de Madrid constató que el 32,5% del bonito del norte que analizaron no era auténtico. La investigación determinó el posible fraude por sustitución del bonito del norte o atún blanco con especies de menor valor comercial como el rabil, la bacoreta, la melva, el listado, el patudo o el bonito. Todas las muestras incorrectamente etiquetadas correspondían a piezas congeladas.
Otro estudio del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) detectó irregularidades en el 25% de los productos elaborados con atún congelado o fresco; el 11,3% en conservas de atún, el 12,2% en semiconservas de anchoa, y el 6,5% en bacalao seco salado.
La merluza no se salva del fraude. Un trabajo llevado a cabo en 2011, publicado en el 'Journal of Agricultural and Food Chemistry', reveló que el 40% de este tipo de pescado que es vendido en España y Grecia tiene una procedencia truncada. Su etiquetado avisa al consumidor de que es merluza americana o europea, pero en realidad es africana.
Miel pura
Probablemente la miel que tengas en tu despensa no sea miel pura. Una investigación realizada por la Universidad de Texas A&M descubrió que gran parte de las mieles comercializadas en supermercados y otros centros de Estados Unidos estaban alteradas. Para dicho estudio se analizaron 60 mieles de distintas marcas y lugares. Tras analizarlas se detectó que tres cuartas partes no contenían ningún rastro de polen, por lo que no era miel pura.
La miel pura es el producto de las abejas tal cual. Recolectada de la colmena y envasada, sin ningún otro proceso que la altere de algún modo. Y la miel pasteurizada se calienta a una temperatura que destruye algunos de los micronutrientes que contiene la 'miel verdadera'.
Si vas al supermercado encontrarás la etiqueta de "miel pura", pero lo más seguro es que no lo sea ni de lejos, a pesar de que en la etiqueta pueda aparecer detallado lo que estás comprando en realidad. Si quieres saber cómo distinguir la miel verdadera de la falsa,
Huevos
La comida orgánica está en auge. Y los huevos de gallina de pastoreo son uno de los productos más demandados porque son mucho menos propensos a contener bacterias peligrosas como la salmonela y su contenido de nutrientes también es mucho mayor que los huevos de gallinas criadas comercialmente en granjas. Estos son más caros que los comunes, por eso es importante que sepas distinguirlos y no te cuelen gato por liebre.
Si vas al supermercado y lees 'huevos orgánicos frescos' en la zona de refrigerados te están timando. Estos productos tienen una cutícula intacta que les hace conservarse perfectamente a temperatura ambiente. Además, debes tener cuidado porque numerosos huevos orgánicos están lavados con lejía y contienen productos artificiales. Y no estás pagando por eso. El consejo que dan los expertos pasa por comprar este alimento siempre a nivel local o en mercados de agricultores, donde puedas conocer a las personas productoras de lo que adquieres.
Azafrán
La Policía Nacional detuvo a cinco personas relacionadas con la falsificación de azafrán con Denominación de Origen Protegida (DOP) 'Azafrán de La Mancha' en 2014. No es ningún hecho aislado. Esta especie es la más cara del mercado, y numerosos falsificadores la adulteran con polvo de sándalo, almidón, colorantes amarillos en hilos, adición de grasa o aceite, exceso de humedad o gelatina.
Si no conoces el azafrán antes de ir al supermercado o tienda, es muy probable que no te percates de la estafa. No obstante, aquí tienes cuatro claves: el azafrán autético flota en el agua, tarda en colorear la comida, por el olor característico (si es falso olerá mal o no olerá nada) y por la etiqueta (un correcto etiquetado incluye el nombre comercial, el nombre científico, la calidad, cantidad, número de lote, productor y origen).
Zumo de naranja
Que no te vendan un zumo de naranja como algo que no lo es. Aunque podrían colártelo siendo este de pomelo, de sirope de maíz o de extacto de pimentón, lo más común es que compres zumos de naranja que bien podría ser el agua de tu grifo con azúcar y colorantes.
Lo mejor (por sabor, valor nutricional y precio) es hacer el zumo uno mismo. Pero si te decides por el zumo envasado, "mira bien lo que compras, y no te fíes solo del precio, ni de la campaña publicitaria, ni de la cuidada presentación del producto: de hecho, el mejor zumo exprimido cuesta la mitad que el mejor de los néctares (que incluye bastante agua y azúcar en su composición)", advierte la OCU. Son unos céntimos en cada litro, pero al cabo del año, litro a litro, puedes ahorrarte bastante dinero (más de 44 euros si compras un litro a la semana, por ejemplo). Que no te vendan néctar por zumo...
Alimentos Falsos Nuevo “Negocio” del Crimen Organizado
* China, el Principal Fabricante, Vendedor y Distribuidor * Pueden ir Desde Arroz, Huevos y Frutas Hasta Comida Para Bebé
WASHINGTON/PARIS.- El crimen organizado, además de tener entre sus delitos la venta y distribución de drogas, alcohol adulterado, la extorsión, secuestro y trata de personas, ha encontrado en la falsificación de alimentos otro productivo “negocio”.
Organizaciones internacionales como la Oficina de Administración para el Control de Drogas estadounidense (DEA), la Policía Europea (Europol) y la Policía Internacional (Interpol) han realizado importantes decomisos de comida que no sólo no cumple con los estándares de calidad y contiene contaminantes y bacterias que ponen en riesgo la salud de los consumidores, sino que, además, en muchos casos no es auténtica. Especialistas estiman que en el mundo, de las 4 mil millones de toneladas de alimentos que se producen al año, al menos el 15 por ciento de los productos (unas 600 toneladas) que se adquieren en mercados, tiendas urbanas y con vendedores callejeros, son falsificaciones hechas por el crimen organizado.
Con el paso de los años los tentáculos del crimen organizado se han multiplicado, viendo entre sus principales ilícitos la venta y distribución de drogas, alcohol adulterado, la extorsión, el secuestro, la trata de personas, prostitución, el juego ilegal y ahora su nueva apuesta criminal: la falsificación y entrega de alimentos adulterados.
De acuerdo con reportes de las principales agencias mundiales que luchan contra el crimen organizado, el reciente negocio ilícito de los distintos cárteles a nivel mundial es adulterar alimentos para su venta a menor precio en grandes cantidades, sin estar sujetos a controles de calidad ni sanitarios.
Informes de inteligencia de Estados Unidos y el Reino Unido indican que el principal fabricante, vendedor y distribuidor de alimentos adulterados es la mafia China, que tiene sus centros de operaciones en Hong Kong y Taiwán.
Los destinos de estos productos son Estados Unidos, Holanda, el Reino Unido, Argentina y Alemania. Desde estos países los productos falsificados, que suelen ser muy parecidos en su empaque, etiquetado y presentación, son distribuidos a otras naciones.
Otras organizaciones criminales detectadas que ya realizan operaciones con alimentos falsos son la mafia rusa, la albanesa, la japonesa, cárteles de Colombia, México y Brasil.
Estudios de agencias internacionales que monitorean las actividades del crimen organizado en el mundo estiman que el valor del negocio de las falsificaciones de alimentos supera los 100 mil millones de dólares al año.
Entre los alimentos apócrifos detectados y con origen en China figuran un arroz elaborado con plástico y detectado en 2013 en Singapur. Pruebas realizadas a paquetes de este producto, revelan que la composición de este falso alimento es una mezcla de harina de papas, de camote y resina plástica industrial. Nutriólogos aseguran que si una persona consume tres tazones de este falso cereal, es como si se comiera una bolsa de plástico entera.
Otro caso es el de los huevos falsificados, alimento también detectado en China y que los delincuentes ofrecen a los comerciantes a la mitad de su precio en el mercado. Este producto, que se ve y siente como el alimento real -al quebrarlos tienen yema y clara que se pueden freír y cocer- es elaborado con base en algas, químicos y colorantes. El consumo de este producto, según autoridades de salud, causa daño severo al hígado y deterioro neurológico que puede resultar en demencia temprana.
Entre los comestibles adulterados que tienen gran demanda están los fideos, hechos con cera de parafina, plástico y tinta para impresora. Estos productos han sido detectados en cargas que han llegado a Europa, principalmente con destino a Holanda y Alemania, procedentes de China y Rusia.
Reportes de la Europol y de la que informó el periódico holandés Volkskrant, indican que después de un año de operaciones en conjunto con agencias internacionales que luchan contra el crimen organizado, y en particular contra la falsificación de alimentos, se decomisaron en América, Asia y Europa, mil 250 toneladas de alimentos apócrifos, entre los que había galletas, pescado, café, harinas, leche en polvo para bebés, chocolate en polvo, champagne, whisky y vodka, entre otros y que estaban listos para ser enviados para su distribución y venta.
Otro producto adulterado es la cerveza, que se adquiere a precio bajo en China y Venezuela. De acuerdo con la Interpol, los criminales adquieren cervezas baratas en países de Asia y Suramérica y para hacerla rendir le agregan más agua, y para producir la espuma aplican jabón y detergentes y le agregan saborizantes. Posteriormente, las reenlatan o embotellan en productos reciclados, les colocan etiquetas falsas muy semejantes a las originales y las venden en mercados, tiendas comunitarias o mediante sus vendedores ambulantes.
El aceite de cocina es otro artículo con el que hay que tener cuidado. La policía de Colombia refirió un caso en 2014 en el que arrestó a varios miembros de un grupo criminal que compraba aceite usado en restaurantes al que luego lo ponían en filtros para quitar las impurezas. Para obtener el color claro parecido al aceite original, agregaban blanqueadores y químicos, y luego los envasaban en botellas de plástico que compraban en compañías recicladoras y les colocaban etiquetas falsas parecidas al original para su venta.
Sobre las frutas y verduras, agencias que siguen de cerca las actividades del crimen organizado refieren que además del cultivo de la marihuana y amapola, varios grupos llevan a cabo siembra y cultivo de frutas como el kiwi, cuya semilla es adulterada genéticamente y mediante químicos además de acelerar su crecimiento y producción se busca que mantenga su sabor, color y tamaño.
En lo que respecta a los medicamentos, la Organización Mundial de la Salud (OMS) estima que es posible que hasta un 2 por ciento de las medicinas que se venden en países desarrollados sean falsos. Esta cifra se eleva al 10 por ciento en varios países en vías de desarrollo, mientras que en algunas zonas de Asia, Africa y América Latina la cantidad de productos farmacéuticos apócrifos sería del 30 por ciento del mercado, lo que dejaría al crimen organizado ganancias por unos 9 mil millones de dólares por año.
Organizaciones internacionales como la Oficina de Administración para el Control de Drogas estadounidense (DEA), la Policía Europea (Europol) y la Policía Internacional (Interpol) han realizado importantes decomisos de comida que no sólo no cumple con los estándares de calidad y contiene contaminantes y bacterias que ponen en riesgo la salud de los consumidores, sino que, además, en muchos casos no es auténtica. Especialistas estiman que en el mundo, de las 4 mil millones de toneladas de alimentos que se producen al año, al menos el 15 por ciento de los productos (unas 600 toneladas) que se adquieren en mercados, tiendas urbanas y con vendedores callejeros, son falsificaciones hechas por el crimen organizado.
Con el paso de los años los tentáculos del crimen organizado se han multiplicado, viendo entre sus principales ilícitos la venta y distribución de drogas, alcohol adulterado, la extorsión, el secuestro, la trata de personas, prostitución, el juego ilegal y ahora su nueva apuesta criminal: la falsificación y entrega de alimentos adulterados.
De acuerdo con reportes de las principales agencias mundiales que luchan contra el crimen organizado, el reciente negocio ilícito de los distintos cárteles a nivel mundial es adulterar alimentos para su venta a menor precio en grandes cantidades, sin estar sujetos a controles de calidad ni sanitarios.
Informes de inteligencia de Estados Unidos y el Reino Unido indican que el principal fabricante, vendedor y distribuidor de alimentos adulterados es la mafia China, que tiene sus centros de operaciones en Hong Kong y Taiwán.
Los destinos de estos productos son Estados Unidos, Holanda, el Reino Unido, Argentina y Alemania. Desde estos países los productos falsificados, que suelen ser muy parecidos en su empaque, etiquetado y presentación, son distribuidos a otras naciones.
Otras organizaciones criminales detectadas que ya realizan operaciones con alimentos falsos son la mafia rusa, la albanesa, la japonesa, cárteles de Colombia, México y Brasil.
Estudios de agencias internacionales que monitorean las actividades del crimen organizado en el mundo estiman que el valor del negocio de las falsificaciones de alimentos supera los 100 mil millones de dólares al año.
Entre los alimentos apócrifos detectados y con origen en China figuran un arroz elaborado con plástico y detectado en 2013 en Singapur. Pruebas realizadas a paquetes de este producto, revelan que la composición de este falso alimento es una mezcla de harina de papas, de camote y resina plástica industrial. Nutriólogos aseguran que si una persona consume tres tazones de este falso cereal, es como si se comiera una bolsa de plástico entera.
Otro caso es el de los huevos falsificados, alimento también detectado en China y que los delincuentes ofrecen a los comerciantes a la mitad de su precio en el mercado. Este producto, que se ve y siente como el alimento real -al quebrarlos tienen yema y clara que se pueden freír y cocer- es elaborado con base en algas, químicos y colorantes. El consumo de este producto, según autoridades de salud, causa daño severo al hígado y deterioro neurológico que puede resultar en demencia temprana.
Entre los comestibles adulterados que tienen gran demanda están los fideos, hechos con cera de parafina, plástico y tinta para impresora. Estos productos han sido detectados en cargas que han llegado a Europa, principalmente con destino a Holanda y Alemania, procedentes de China y Rusia.
Reportes de la Europol y de la que informó el periódico holandés Volkskrant, indican que después de un año de operaciones en conjunto con agencias internacionales que luchan contra el crimen organizado, y en particular contra la falsificación de alimentos, se decomisaron en América, Asia y Europa, mil 250 toneladas de alimentos apócrifos, entre los que había galletas, pescado, café, harinas, leche en polvo para bebés, chocolate en polvo, champagne, whisky y vodka, entre otros y que estaban listos para ser enviados para su distribución y venta.
Otro producto adulterado es la cerveza, que se adquiere a precio bajo en China y Venezuela. De acuerdo con la Interpol, los criminales adquieren cervezas baratas en países de Asia y Suramérica y para hacerla rendir le agregan más agua, y para producir la espuma aplican jabón y detergentes y le agregan saborizantes. Posteriormente, las reenlatan o embotellan en productos reciclados, les colocan etiquetas falsas muy semejantes a las originales y las venden en mercados, tiendas comunitarias o mediante sus vendedores ambulantes.
El aceite de cocina es otro artículo con el que hay que tener cuidado. La policía de Colombia refirió un caso en 2014 en el que arrestó a varios miembros de un grupo criminal que compraba aceite usado en restaurantes al que luego lo ponían en filtros para quitar las impurezas. Para obtener el color claro parecido al aceite original, agregaban blanqueadores y químicos, y luego los envasaban en botellas de plástico que compraban en compañías recicladoras y les colocaban etiquetas falsas parecidas al original para su venta.
Sobre las frutas y verduras, agencias que siguen de cerca las actividades del crimen organizado refieren que además del cultivo de la marihuana y amapola, varios grupos llevan a cabo siembra y cultivo de frutas como el kiwi, cuya semilla es adulterada genéticamente y mediante químicos además de acelerar su crecimiento y producción se busca que mantenga su sabor, color y tamaño.
En lo que respecta a los medicamentos, la Organización Mundial de la Salud (OMS) estima que es posible que hasta un 2 por ciento de las medicinas que se venden en países desarrollados sean falsos. Esta cifra se eleva al 10 por ciento en varios países en vías de desarrollo, mientras que en algunas zonas de Asia, Africa y América Latina la cantidad de productos farmacéuticos apócrifos sería del 30 por ciento del mercado, lo que dejaría al crimen organizado ganancias por unos 9 mil millones de dólares por año.
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